Por Héctor José Iaconis.
El 9 de mayo de 2014 el Concejo Deliberante de 9 de Julio sancionó una ordenanza declarando «Monumento Histórico Cultural» el mausoleo ubicado en la Sección «D», fosas 1, 2 y 3 del cementerio local, «donde descansan los restos de Bernardo Sathicq y sus familiares, primeros pobladores de estas tierras». Esa ordenanza mandaba, asimismo, se inscriba dicho bien en el «Registro de Bienes integrantes del Patrimonio Cultural y Natural del Partido de 9 de Julio».
De bastante poco ha servido, hasta ahora, la sanción de esa ordenanza que lleva más de diez años en vigencia. Pues, no solamente no existe –o, al menos, no se conoce- un «Registro de Bienes integrantes del Patrimonio Cultural y Natural del Partido de 9 de Julio» donde inscribir el monumento, sino que además ha sufrido un considerable deterioro en los últimos lustros.
Profanado por autores ignorados, tras romper los vidrios y las puertas hurtaron los candelabros y flores que servían de ornato al retablo gótico que se conserva en su interior.
SU HISTORIA
En la mañana del 2 de diciembre de 1905 fallecía en 9 de Julio, Pedro Sathicq, a la sazón secretario del Concejo Deliberante. Activo militante del Partido Conservador, se vio envuelto en los acontecimientos trágicos de noviembre de 1899.
Era aún bastante joven, treinta y cuatro años de edad, cuando una grave enfermedad que padecía desde tiempo atrás devino en una neumonía, la cual terminó por apagar su vida.
La muerte de Sathicq repercutió entrañablemente entre los militantes del Partido Autonomista, de cuyo comité el joven Sathicq desempeñaba también el cargo de secretario.
Sus amigos y correligionarios no tardaron en conformar una comisión de homenaje, levantando una suscripción popular con el objeto de reunir fondos para la erección de un sepulcro a su memoria. Las páginas del periódico “El Luchador” sirvieron como medio para difundir la iniciativa (1).
Edificado con un diseño austero, contrasta con otras construcciones vecinas, destacándose por el casi completo despojo de ornamentos y decoraciones, tanto exteriores como interiores. Desde su mampostería hasta la carpintería poseyó escasos signos de intervenciones o restauraciones posteriores.
En el interior, en el nivel superior, el pequeño retablo construido en madera es el único mobiliario visible, tornando espacioso el recinto más bien reducido.
EN LOS ORIGENES DE 9 DE JULIO
Bernard Sathicq, padre de Pedro, de nacionalidad francesa, había nacido en la localidad de L’Hôpital-Saint-Blaise (Ospitalepea en euskera), en los Pirineos Atlánticos, en la región de Aquitania y en el territorio histórico vascofrancés de Sola, el 30 de octubre de 1836, hijo de Raimundo Sathicq y de María Cocuix-Lasserre.
Arribado a 9 de Julio en 1863, poco después que el coronel Julio de Vedia estableciera el campamento militar. Era carpintero y, en consecuencia, según Emilio Carballeda, fue el primero en poseer ese oficio en estas tierras (2).
Promediando la década de 1870, Bernard Sathicq poseía en el pueblo una fonda, especie de taberna con alguna instalación para hospedaje (3). No existen noticias fehacientes acerca de su negocio; lo cierto es que, en la década siguiente aún funcionaba y en marzo de 1882 le había incorporado un local con billares.
Tampoco han podido hallarse referencias que den cuenta de la intervención de este inmigrante galo en la vida institucional o política de aquel naciente pueblo, salvo un efímero paso por la Corporación Municipal. Sin embargo, su familia estuvo vinculada a la historia de 9 de julio en el último cuarto del siglo XIX.
Algunos de sus miembros formaron parte de la Sociedad Francesa y de la Sociedad Protectora de los Pobres (María Luisa Sathicq, hija de Bernardo, fue la segunda presidente de esta entidad y co-fundadora del Hospital de los Pobres, hoy Hospital Zonal de Agudos “Julio de Vedia”)(4). Asimismo, su hija Elena Sathicq, quien fuera educadora, en la Escuela Elemental de Niñas Nº 2 hacia 1899.
Bernardo Sathicq había contraído enlace con Graciana Perret. Su hija María Luisa casó con Claudio Orbea el 12 de octubre de 1889. De esa unión nacieron dos hijos, Alfredo (fallecido tempranamente) y Sara Esther Orbea (nacida el 25 de octubre de 1900 y fallecida el 12 de octubre de 1965), casada con Rodolfo Ricabarra.
Su hija Elena Sathicq casó con Isaías Juan Lahitte, de cuya unión nacieron dos hijas, Sara y Ernestina (5).
EL MAUSOLEO
El terreno sobre el cual se encuentra construido el mausoleo de los Sathicq está situado sobre una de las calles centrales y, de alguna manera, más importantes del antiguo sector del cementerio. Por entonces, aún debía transcurrir un lustro para que fuera impulsada la nueva planificación de la necrópolis, con el acceso principal que existe en a actualidad, y aún más para la construcción de éste y del peristilo.
Originalmente, las tres fosas, que forman una superficie de 11,40 metros cuadrados, habían pertenecido a Cipriana Contreras de Escobar y de Melgar, quien las había adquirido en octubre de 1892. Después del fallecimiento de su propietaria, en noviembre de 1901, el terreno les fue legado a los hijos de su primer matrimonio, quienes –años más tarde- optaron por venderlas.
La compradora fue, en efecto, Graciana P. de Sathicq, esposa de Bernard y madre de Pedro. El 11 de mayo de 1910, el encargado de la Oficina de Obras Públicas municipal, Ciro Contarini, realizó la mensura y el amojonamiento de las aludidas sepulturas, levantando un plano y una breve memoria descriptiva. Esos instrumentos sirvieron para que, el 22 del mismo mes, fuera otorgado el título de propiedad respectivo, de manera definitiva, por ante el Registro Público del notario Teodoro Catalá (6).
BIENES HISTORICOS: PARA VALORAR Y PRESERVAR
En 2007 alertamos a través de estas páginas sobre el peligro que corría este bien patrimonial. Su realidad de desprotección no cambió; más bien, los años subsiguientes han sido perjudiciales.
En la actualidad, a pesar de la existencia de una ordenanza que debería protegerlo, la no existencia en nuestro medio de descendientes directos de la familia, coadyuva para que ese centenario mausoleo se sumerja cada vez más en un continuo y, al parecer, irreversible deterioro.
El mausoleo Sathicq, así como varios similares ubicados en la misma línea de construcción en ese sector, pertenece al amplio y pluridisciplinario campo del patrimonio histórico, cuyo conjunto de bienes materiales e inmateriales caracterizan y dan identidad a los pueblos.
NOTAS
(1) “La morada postrera de los Sathicq” por Héctor J. Iaconis. Artículo publicado el Diario EL 9 DE JULIO, el 17 de octubre de 2007. Véase también Periódico “El Luchador” se refiere a la construcción del “Mausoleo Sathicq” en sus ediciones del 26 de diciembre de 1906, pág. 1 y del 23 de enero de 1906, pág. 1.
(2) Esta referencia también aparece en Meinrado Hux, El General Julio de Vedia. Su vida y trayectoria militar, Junín, 2006, pág. 54s. Con ese oficio figura en las planillas levantadas del Censo Nacional de Población de 1869 que se conservan en el Archivo General de la Nación, Fondo Gobierno, Ministerio del Interior.
(3) En 1874 ya tenía instalada su fonda. Bernardo Sathicq figura con profesión “comerciante” en el Padrón de Extranjeros de 1877.
(4) Bodas de Oro de la Sociedad Protectora de los Pobres, 9 de Julio, 1944, folleto impreso con páginas sin numerar.
(5) Datos genealógicos consignados por Jean-François Laplume y estudio genealógico del padre Francisco Sathicq, sacerdote betharramita, profesor del Colegio San José de La Plata y cura párroco en Atlántida, Uruguay.
(6) Archivo de Gestión de la Municipalidad de 9 de Julio, Documentos del Departamento Ejecutivo, Expte. «Graciana P. de Sathicq. Sobre escrituración de las sepulturas Nº 1-2 y 3 de la Sección D del Cementerio Público de esta Ciudad» [consultado y digitalizado en diciembre de 2001].