El 24 de diciembre falleció Walter Esteban, el promotor de la carrera de atletismo «La carrera de Walter». Su partida provocó un dolor inmenso no sólo en su familia, sino en sus amistades y los atletas con los que tenía una relación muy estrecha. Walter era una persona muy especial, el atleta que simbolizó la amistad en una prueba realizada el 1ero de enero de cada año cuyo objetivo no tenía buscar un ganador: todos sus participantes finalizaban muy contentos compartiendo un momento de alegría.
Se trata de la «La carrera de Walter», una prueba en la que se compartió la amistad recibiendo el año nuevo, con un recorrido emprendido por 65 atletas en una distancia de 8,5 kilómetros hasta llegar a Plaza Belgrano.
Walter Esteban tenía 64 años. Fue camionero y durante muchos años estuvo abocado a los viajes al Norte de nuestro país (Tucumán, Salta y Jujuy). Nunca antes había practicado ningún deporte, hasta que hace 11 años comenzó a incursionar en el atletismo.
A Esteban se le ocurrió hace nueve años empezar a salir por su cuenta cada 1ero de año a la hora 9. En una entrevista con «EL 9 DE JULIO» realizada a comienzos de 2020 recordó que «Cuando había un silencio total en la ciudad, pasaba casa por casa a saludar a mis amigos, atletas o no atletas, pegando el grito de Feliz Año Nuevo», explicó Walter Esteban.
En 2019 encontró eco en otros 13 atletas que se sumaron, para alcanzar un total de 14 quienes saludaron a sus amigos. Todos ellos finalizaron en Plaza Belgrano.
En 2020 acompañaron muchos más. A Walter Esteban se le ocurrió hacer una medalla, porque le gustaba hacer trabajo en herrería, como así también se decidió encargar unas 50 remeras. Se quedó corto porque fueron 65 en total hace casi 5 años.
El recorrido de la carrera de Walter se inició desde Eva Perón y J. B. Justo, pasando por Ag. Alvarez, Garmendia, Tomás Cosentino, Urquiza, Antonio Aita, Avenida Mitre hasta Plaza Belgrano. No pudo pasar por todas las casas como otros años.
En ese momento reflexionó, «a esta altura de la vida le doy mucho valor a lo sentimental. La familia y la amistad tiene un valor incalculable. Me esperaron mis nietos y eso me dio mucha alegría», reconoció.
Para Walter las muestras de afecto después de cada competencia significaban «una caricia al alma». «Esto se convirtió en algo inolvidable», expresó Walter en ocasión de la entrevista. Del mismo modo, los atletas tendrán a Walter como un amigo inolvidable.