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Nueve de Julio
lunes, marzo 3, 2025

Vida y obra de la hermana María del Carmen del Verbo Divino

“Mi Vida en Jesús”

El domingo 23 de febrero partió al encuentro del Padre la hermana Carmelita María del Carmen del Verbo Divino, quien fuera una de las fundadoras de nuestro querido Carmelo de San José de 9 de Julio.
Las Carmelitas Descalzas están invitadas a unir sus corazones a Dios y eligen renunciar a todo para vivir en silencio y oración, como ofrendas de amor.
Quienes tuvimos el privilegio de conocer a la hermana María del Carmen sabemos que dió testimonio real de esa entrega a Dios con amor y alegría, y en muchos casos nos ayudó a ver esas cualidades derramadas también en nuestra propia historia: …“Cada ser tiene su misterio, me gusta contemplar eso en cada persona con la que tengo contacto”… nos decía…
Nació en Asunción, Paraguay, un 7 de octubre de 1929. Con tan sólo 18 años durante un retiro, descubre su vocación y se lanza según ella misma nos cuenta a: …“Cruzar el río y llegar a la otra orilla, a eso también nos invita Jesús: a ir mar adentro(…) En esa partida, en ese primer destierro, estaba haciendo una de mis mayores entregas: me alejaba para siempre de mi país, mis raíces, mi familia y mis seguridades hasta el momento (…) Pero ya no había vuelta atrás, el llamado que Dios me había hecho estaba tan metido en mi alma que ya no me importaba nada”
Por inquietud de Monseñor Quarracino (por entonces obispo de 9 de Julio), se comienza a gestar el actual Carmelo de San José. En el año 1963, llegan las primeras 8 monjas a la casa paterna de Monseñor Pironio. Entre ellas, nuestra querida María del Carmen quien describe el espíritu de ese grupo de hermanas como: “…llenas de un amor inmenso que necesitaba volcarse, y la elegida era esa comunidad que estábamos conociendo, pero ya la sentíamos como parte de nosotras. Nueve de Julio poco a poco nos fue descubriendo, conociéndonos, reconociéndonos y abriéndose a nuestra misión, que no es más que acompañar, rezar, interceder y solicitarle al Señor las gracias que cada uno necesita.”
La hermana María del Carmen tuvo el privilegio de tener como Amigo, referente y director espiritual al Cardenal Eduardo Pironio, con quien se escribía extensas cartas en las que nutrían su amor por una Iglesia que concebían renovada y cercana a las necesidades de la gente.
Entre sus tantas virtudes personales podemos destacar el intenso amor que irradiaba hacia el prójimo y hacia sus quehaceres cotidianos, su firmeza de voluntad, la defensa natural contra toda injusticia, y esa clase de paz y serenidad que sólo brotan de un corazón puro.
“Yo los animo, desde mis limitaciones físicas, a ir siempre hacia adelante. ¡Siempre adelante! Cuando las energías de esta tierra ya no alcanzan… busquenlas de lo alto, ¡esas son infinitas! Pero siempre con alegría” … supo escribir en sus memorias.
María del Carmen… la de la sonrisa eterna, la palabra justa, la mirada transparente de sus ojos claros, la sabiduría profunda de las cosas sencillas, la Madre amorosa del abrazo cálido… un ser luminoso; ha dejado una huella por siempre en los corazones de quienes tuvimos el honor de frecuentarla.
“Cuando pienso en la muerte, creo que será el momento de encuentro con Aquel al que he esperado durante tan largo tiempo. Confío en que el Señor responderá a Su promesa, que estará conmigo y me dará las fuerzas que necesite (…) Reflexionaba hace unos años visualizando su partida…
Y al fin “cantaré eternamente el amor del Señor”(Salmo 89). “ Al fin… sin fin”…

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