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miércoles, marzo 26, 2025

El concurso de vidrieras de 1940

Recopilación: Héctor José Iaconis.

Por mucho tiempo permaneció en la memoria de los vecinos de 9 de Julio que habían vivido en 1940 y guardaban recuerdos del acontecimiento, el Concurso de Vidrieras con que, el comercio de la ciudad, había adherido a la conmemoración de la Declaración de la Independencia Argentina.
Entonces desempeñaba las funciones de Comisionado Municipal, Ramón N. Poratti y, para organizar los actos protocolares alusivos a la fecha, designó una Comisión especial.
El programa contemplaba la inauguración, en la tarde del 8 de julio de 1940, de la Exposición de Vidrieras y de la premiación de las mismas. Estas vidrieras debían estar ornamentadas con temas alusivos a la Independencia o a la gesta histórica del 9 de julio de 1816.

LOS PRIMEROS PREMIOS
De las vidrieras que se presentaron a este concurso, mereció el primer premio la que exhibió la mueblería “El Porvenir”, de los hermanos Viegas, por la que desfiló gran cantidad de espectadores admirando las figuras vivientes que formaban un conjunto alegórico. Las mismas representaban la Justicia, la Paz y el Trabajo.
El público y el periodismo juzgaron que esa distinción había sido justa, pues valoraba el gusto con que fue presentada esta vidriera, tanto en su significado de patria como en lo artístico.
La Tienda “La Americana”, ubicada en la esquina de la avenida Vedia y La Rioja, tan conocida por el cuidado que ponía en el armado de sus vidrieras, escenificó la solemne reunión de los congresales de Tucumán en 1816, y cuya figura histórica, contrastando con el Congreso de la Nación actual, rodeado de los medios de movilidad que ofrecía el progreso en 1940. La vidriera formaba un conjunto bien armonizado con sus láminas que diseñaban modalidades de 1816 comparada con las de 1940. Le fue discernido uno de los tres segundos premios.
Con otro de los segundos premios destinados para este simpático concurso, fue distinguida la Tienda “Don P. B. T.”, por el buen gusto revelado en la presentación de una de sus vidrieras que representaba el paso de las tropas libertadoras de San Martín por el macizo andino.
También le fue otorgado un segundo premio a una vidriera de la legendaria Tienda “Galli”, situada en la esquina de La Rioja y Libertad, que en bonita disposición representaba una República y una bien lograda visión de los Andes.
De los tres terceros premios fijados de antemano por los organizadores de este concurso, se le otorgó uno de ellos a la vidriera presentada por la Casa “Richer”, propiedad de Eugenio Richer, ubicada por entones en la calle Libertad entre Bartolomé Mitre y La Rioja. Esta vidriera, además de su simbolismo de patria, representaba en ejemplo latente una visión de la independencia económica para la época, enlazando un motivo local: la Usina Eléctrica Popular.
La Casa “Ismarín” también obtuvo un tercer premio por su vidriera que mostró, representando en ella a la República y sus producciones que forman sus principales riquezas.
Por último, otro tercer premio correspondió a la Tienda “La Razón”, por su vidriera con un bien logrado Congreso de Tucumán y algunas figuras típicas de aquélla época.

Vidriera presentada por Casa «Richer». La maqueta representa a la Usina Eléctrica Popular, por cuya concreción de luchaba en esos años. El cartel que pendía en la parte superior, decía: 
«1816» Nuestros Próceres nos legaron  Independencia. 
«1940» Toca a nosotros conseguir la independencia económica.

OTROS COMERCIOS QUE PARTICIPARON
Otros comercios que, aunque no recibieron premios, también ofrecieron al público motivos alegóricos a la argentinidad, merecieron del jurado una “Mención Especial”.
La Joyeria y Relojeria “Triviño”, presentó, también, sus vidrieras con motivos alusivos a la Patria. En una de ellas, se exhibieron espadas militares, el uniforme auténtico que vistió uno de los oficiales del Ejército del general San Martín, un reloj del mismo oficial y un reloj de la marca de 1940, idéntico al que usaba el presidente de la Nación de turno, Roberto Ortiz. Las prendas militares, de gran valor histórico, fueron muy admiradas público.
La Peluquería femenina «Caldentey» expuso una bien arreglada vidriera con la visión del Congreso de Tucumán, formado por láminas minúsculas, en un trabajo encomiástico. Asimismo, la Sastrería «Canelli» mostró destacados adornos, pero exhibió prendas de vestir de fabricación nacional, y un cartel que recomendaba adquirir artículos de industria argentina.
En una de las vidrieras de los escritorios de la “Shell Mex Argentina”, se colocaron adornos con los colores patrios, una galería de próceres y una maza histórica perteneciente a una carreta que surcó estas regiones en los lejanos tiempos del malón. La misma pertenecía a Onofre Rey, propietario de la Relojería “Rey”.
Por su parte, el Bazar “Colón”, presentó un escaparate con la figura simbólica de la Patria, mientras que el Bazar «El Inca» ofreció una vidriera con miniaturas y figuras típicas de la época colonial.
No faltó en aquel concurso de 1940, la renombrada Talabartería de Carquelli, que también cautivó a los vecinos con su colorida muestra.

PALABRAS FINALES
El Concurso de Vidrieras de 1940 repercutió más allá de tiempo, siendo recordada por los vecinos mayores como un acontecimiento singular para la época. Los registros fotográficos de este hecho atestiguaron el grandioso trabajo de ornamentación realizado por los comercios de aquel tiempo. De los que mencionamos, desafortunamente, no persiste ninguno en nuestro tiempo. Más aún, solamente uno de ellos, casa “Ismarín”, de Rogelio Forte, pudo trascender la barrera del siglo XXI.
Hoy, los concursos de vidrieras comerciales siguen vigentes y, en la actualidad, más de una vez se han efectuado con acierto y muy buen gusto.

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