[30 de diciembre de 2009] Llegando a la plaza Manuel Belgrano caminando desde mi casa divisé un grupo pequeño de personas que pronto identifiqué como parte de la familia Pironio. Con el correr de los minutos y las horas iban llegando más y más integrantes desde Azul, Tandil, Mar del Plata, la Plata, Luján , Chivilcoy , Ciudad de Bs As. que no dudaron en viajar muy temprano para hacerse eco de la convocatoria recibida.
Presentaciones, abrazos y besos concretaban las expectativas de todos los que íbamos para conocernos y reconocernos como parte de esta gran familia.
Meses de llamados, emails, envío de fotos, en fin, cientos de comunicaciones…gracias a la colaboración de un grupo de personas y del invalorable trabajo realizado especialmente por la Sra. Elsa Divito. La tan criticada globalización y la tecnología lo hizo posible, como la video conferencia con Sylvie Pironio (Francia) en la que todos pudimos participar.
Al mediodía ya ubicadas en un salón del Club Atlético más de 100 personas compartimos un almuerzo en donde se escucharon anécdotas, cuentos y vivencias importantes a rescatar. Las conversaciones estuvieron largamente acunadas por los recuerdos. Y hasta un presente llegó a manos del más anciano de la familia.
Un video reprodujo a través de fotos, música y palabras a los pioneros de la familia Pironio que un día llegaron aceptando la hospitalidad que les ofrecieron. Cada uno de ellos es para nosotros el fruto del esfuerzo y la expresión de una transformación que convirtió el austero paisaje rural en arboledas, sembrados, potreros y corrales dejando que el campo los atrapara. Reconocieron a la tierra que los recibía en la lucha con la naturaleza que exigía hacerse cargo del nuevo horizonte que se les abría resolviendo las situaciones duras de la vida cotidiana.
Fuimos gratamente sorprendidos con murales y álbumes donde leímos el árbol genealógico, con importantes documentos rescatados y con fotografías donde se podía percibir e intuir el secreto que tal vez guardaba y preservaba a cada familia. Vidas y trabajos, triunfos y fracasos, momentos lindos y tristes, prosperidad y pobreza pero con sólidos valores que los sostenían
Lo hicieron con fe, honestidad, trabajo, esfuerzo, perseverancia, amistad, amor por la vida, respeto y solidaridad. Privilegiaron el aprecio por la familia y los hijos, el amor a la tierra, la palabra dada, el sentido del deber y de la responsabilidad
Sentimos necesario respetar y honrar esos orígenes, no para quedarnos anclados en el pasado, sino para valorar el presente y poder construir un futuro para las próximas generaciones Vemos importante mirar hacia adelante teniendo en cuenta el camino recorrido y honrando lo bueno de la propia historia.
Por esa razón nos reunimos y soñamos con sumar más integrantes en cada encuentro, y transmitirles a nuestros hijos y nietos el amor por las tradiciones para encaminarlos con esperanza hacia un futuro más acorde con lo que dictan los valores de sus antepasados.
Movilizada por las historias escuchadas no puedo dejar de recordar a quien nos dejó en el siglo XX un camino a seguir con su ejemplo.
“El Cardenal Eduardo Pironio dejaba en quien a él se acercaba con estas dimensiones en su personalidad y en su modo de vivir la fe; lo dejaba mirando hacia arriba, mirando en torno, mirando lejos y mirando hacia adentro (creo que esto es lo que nos pasó en este día de encuentro ) A estas dimensiones tenemos que añadir la de los ojos puestos en el futuro. Estaba convencido de que habrá esperanza en el mundo en la medida que la humanidad sepa descubrir y cultivar su originaria vocación a ser una familia fundada en los valores de fe y la justicia, la comunión y la solidaridad”.
Al Cardenal le gustaba recordar las palabras de Teilhard de Chardin “La esperanza ayuda a curar las relaciones heridas, a navegar por mares amplios y profundos, a encontrar la coherencia creadora propia de la memoria, a ofrecer razones para vivir”.
Les propongo quedarnos con esa esperanza hasta volvernos a encontrar. Esta fue una primera experiencia que se verá enriquecida en los próximos encuentros por los muchos miembros de esta gran Familia Pironio en el mundo que se sumarán con más y más historias ¡¡¡ Hasta el próximo encuentro.
Silvia Cristina Callegaro- Mi padre: Enrique Callegaro Pironio