Las citas de autoridad

* Por Carlos Crosa
Las citas de autoridad son estrategias argumentativas para convalidar los argumentos del argumentador, en éstas se insertan las invocadas voces de especialistas en un campo del saber o de grandes actores anónimos como, por ejemplo, la gente.
Esa maestría en la argumentación escrita u oral, vg. el discurso político, persuade al argumentatario o receptor, ya que, si éste quisiera refutar dicha cita debería cuestionar al especialista. ¿Qué mortal común se animaría, por caso, a impugnar a investigadores en teoría literaria como los formalistas rusos que intentaron darle carácter científico al estudio de la literatura?
Ahora bien, su proliferación o su uso por única vez, pero fuera de contexto, con la pretensión de hacer valer un argumento, lleva a que dichas citas, que son un recurso eficaz y poderoso, pierdan esa eficacia y poder. Tal el caso de un artículo reciente en un semanario, que repudia al programa de TV Graduados, cuyos protagonistas guardan en sus almas sus días de juventud en los ochenta.
La nota, si bien no niega la importancia cultural de aquella vuelta a la democracia, critica la nostalgia de los personajes por “la peor moda, el maquillaje del espanto, los peinados más aterradores, los cantantes más soporíferos”.
¿Soporíferos Soda Stereo o Sumo, por citar algunos?
No sigo esa tira. Sin embargo, el zapping me permitió captar la mirada de los personajes hacia sus días de juventud, como buscando plantarse mejor en el hoy. Si a eso, que, de por sí es saludable, se agrega el dato de que está superando en rating a la estupidizante Tineliza- ción, bienvenida sea.
El artículo de marras pareciera tomar por el todo sólo un aspecto protagonizado por una minoría, de esa década. Para darle validez, hace la siguiente cita de autoridad hacia el final: “A principios del siglo XX el Formalismo Ruso inauguró, entre otras cosas, la discusión entre forma y fondo de la obra literaria. Pasaron casi cien años de ese movimiento intelectual y el resultado parece ser el mismo. El contenido de semejantes formatos es más que elocuente.”
No estoy capacitado para cuestionar al Formalismo Ruso, pero tengo para mí que, tanto yo como cualquiera del público medianamente inteligente, puede captar el tiro por la culata que significa subestimar al lector con semejante estrategia argumen- tativa para legitimar una argumentación que se cae por su propia debilidad.