Así lo afirmó el doctor Pablo Pesce, coordinador de Pediatría del Instituto Nacional del Cáncer. Actualmente la sobrevida global en la Argentina de los pacientes con cáncer en la infancia excede el 60 por ciento.
(Agencia CyTA – Instituto Leloir)-. El cáncer es una enfermedad con una incidencia muy baja en los niños. En Argentina, el número total de nuevos casos en menores de 15 años oscila entre 1.200 y 1.300 por año. El tipo de cáncer más frecuente en la infancia es la leucemia, seguido de los tumores del sistema nervioso central y los linfomas.
“Dada la poca frecuencia de estas patologías en niños, no suelen formar parte de los diagnósticos diferenciales con la frecuencia deseable”, indicó a la Agencia CyTA el doctor Pablo Pesce, coordinador de Pediatría del Instituto Nacional del Cáncer (INC). Y agregó: “Por este motivo es clave que los profesionales de la salud estén alertas y preparados para detectar en forma temprana algún tipo de tumor en estos pacientes.”
De acuerdo con el especialista, hoy la sobrevida global en la Argentina de los pacientes con cáncer en la infancia supera el 60 por ciento. “Si mejoramos el diagnóstico y aseguramos la accesibilidad a tratamientos adecuados, podríamos curar al 80 por ciento de estos pacientes”, agregó.
Con ese fin, en el marco del Día Nacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil (15 de febrero), el INC está organizando en distintas provincias el taller “Cuándo sospechar cáncer en pediatría”. Esta actividad apunta a brindar herramientas a médicos, pediatras y otros agentes sanitarios a fin de cumplir con los diagnósticos en tiempo y forma.
Con relación a la conducta de los padres, Pesce aconsejó “que realicen las prácticas habituales de vida saludable con sus hijos, como ejercicio físico y una alimentación sana; que limiten su exposición al sol y a los ambientes con humo; y que cumplan con los controles clínicos de rutina para los niños en los que se incluyan medidas de prevención y/o detección temprana del cáncer.”
“Los estilos de vida saludables son importantes en prácticamente todas las enfermedades no transmisibles”, señaló Pesce. “Y si bien no puede hablar de causalidad lineal, la dieta y el ejercicio modifican, por ejemplo, el ingreso y la metabolización de diferentes carcinógenos.”