[30 de marzo de 2010] Once Tigres tuvo, el domingo último, otra decepción en el Torneo del Interior, al quedar eliminado por Plaza España de 25 de Mayo, que lo derrotó 2 a 1. El empate en 25 de Mayo posicionaba de inmejorable manera a los dirigidos por Abdeneve, que jugaron gran parte del encuentro arriba en el marcador, pero dos goles en quince minutos de los visitantes, que terminaron aguantando el resultado, los dejaron fuera del certamen nacional.
En la primera jugada de riesgo para Once Tigres –que jugó vestido con la misma camiseta anaranjada que había utilizado en el anterior encuentro en 25 de Mayo- Daniel González cayó dentro del área, en una jugada que pareció penal, pero el árbitro no sancionó.
Por el lado visitante, que llevó bastante público, Marín se perdió el gol prácticamente abajo del arco, luego de una buena jugada de tiro libre.
Y fue Maccagnani el encargado de abrir el marcador, en una jugada individual notable: por el dominio del balón, el pique corto, el regate que desairó a un marcador, y la definición impecable al gol. Golazo, en honor a la verdad, que ilusionaba a los tigrenses con una clasificación.
Durante gran parte del encuentro, dio la sensación que cabía esperar una ampliación de la ventaja en el marcador que daría tarde o temprano. Y fue Maccagnani quien estuvo muy cerca, primero pasándose apenas en un centro de San Miguel; luego sin poder definir con comodidad un centro de Gabriel Abdeneve, pero con mucho peligro para el arco del “Dragón” de 25 de Mayo.
Plaza España no lastimaba, baste decir que su único intento estuvo en los pies de Sebastián Gómez, con un disparo de media distancia bastante desviado. Once Tigres comandaba las acciones, asentado en la buena tarea de Frisenda, “Carreta” González y Frisenda desde el medio hacia arriba, aunque le faltaba precisión en ataque para ratificar esta superioridad en el marcador. González no llegó a otro centro tigrense, en otra buena situación que sería la última de un primer tiempo sin muchas jugadas de riesgo.
A los cinco del segundo, pudo llegar el segundo tanto de la tranquilidad para el último campeón de la LNF, pero ni Maccagnani ni San Miguel en segunda instancia pudieron empujar un preciso centro de Ascani.
Tres minutos después, otro centro al área le quedó justo para la definición a Maccagnani, pero el arquero Goggy alcanzó a desviar la pelota, salvando una casi segura caída de arco, que tampoco pudo concretar González en el segundo palo, por muy poco. Sin el brillo de otras tardes, Once Tigres estaba siempre más cerca.
Pero el componente impredecible del fútbol empezó a actuar en el partido, a los 10’, cuando Sebastián Gómez tomó un centro atrás y colocó la pelota contra un palo, con un remate rasante de admirable precisión.
Si bien fue inesperado y desconcertante, el empate no amilanó a Once Tigres, que siguió con el mismo planteo ofensivo. Maccagnani se perdió la ansiada victoria cuando cabeceó sin marcas un centro, apenas alto, en una definición que el goleador de la Liga Nuevejuliense suele no fallar.
Y sin dudas, la atajada de la tarde llegó a los 19’, cuando San Miguel se escapó a sus marcadores en velocidad y enfrentó mano a mano a Goggy, que con una tapada sensacional volvió a evitar la caída de su valla.
Plaza España, que jugó replegado y esperando sus oportunidades, aprovechó otra de estas pocas jugadas de verdadero riesgo que generó, cuando un centro de tiro libre desde la derecha fue cabeceado sin marcas por el espigado Leguizamón –que había ingresado en el primer tiempo por Prienza-, y su definición, cruzada y abajo, fue inatajable para Torres.
Iban 24 minutos del segundo tiempo cuando llegó ese auténtico baldazo de agua fría; había tiempo para una reacción local, que desde ese momento se fue con todo al ataque. Pero chocó una y otra vez con una defensa que se aferró a su victoria con uñas y dientes, y se dedicó a hacer pasar los minutos, a veces simplemente tirando el balón hacia delante para la corrida de algún solitario delantero.
Pasaba el tiempo, y Once tigres iba siendo ganado por la desesperación, mientras que Plaza España, cómodo con su planteo de contragolpe, dormía la pelota en los pies de su mejor jugador de campo, Sebastián Gómez, trataba de tenerla lejos de su arco, y se defendía con solidez, formando un cerrojo defensivo que los de Abdeneve no lograban vulnerar, a pesar de que todo el equipo jugaba adelantado y del ingreso de Belloso en el ataque. Esta vez, sus jugadores más desequilibrantes no pudieron hacer nada por cambiar la historia de un partido complicado, aun con los varios minutos que adicionó el pehuajense Jorge Suárez, de regular arbitraje.
La hinchada de 25 de Mayo era pura algarabía, mientras que los tigrenses reconocieron la entrega de su equipo, a pesar de la tristeza por una eliminación dura e inesperada. Una pena lo de Once Tigres, que se despidió ante un equipo que nunca lo superó en lo futbolístico ni en actitud, pero pegó en los momentos justos. Y decretó una nueva eliminación que caló hondo en los tigrenses.