Por Eduardo Noel Bustamante. Ex colaborador de Jesús Blanco. Congreso Nacional mandato 2001- 2005.-
El pasado 6 de enero diversos medios periodísticos nos relatan crónicas sobre la inauguración del Gran Hotel Libertad. Emprendimiento que se comenzó a gestar por finales de la década del 90, generando muchas expectativas en la población, debido al gran déficit que nuestra ciudad presentaba en el ramo.
Eran años donde el autódromo tenía una promoción muy especial, miles y miles de personas llegaban a nuestra ciudad 2 veces al año para participar de la pasión del Turismo Carretera. El movimiento económico era un verdadero boom comercial, pero siempre la parte hotelera se veía desbordada o en su caso de muy baja calidad para lo que se solicitaba.
Una familia nuevejuliense, decide encarar un emprendimiento de jerarquía, un desafío a todas luces, leído en ese tiempo titánico y utópico. Pero la familia Lego, los hermanos Roberto y Rodolfo no les tembló el pulso ni doblegaron su aspiración de dotar a 9 de Julio de un emprendimiento de excelencia.
Por esos tiempos el Estado Municipal era gobernado por don Jesús Abel Blanco, quien desarrollaba una política abierta y de diálogo con todos los sectores sociales. Muchas veces el Intendente Blanco solía hacer gestiones en los directorios de los bancos públicos, tanto del Nación, como el Provincia, o acompañar al empresariado y a las Pymes en los privados. En esos años de desindustrialización y despido masivos de personal en muchas ocasiones empresarios del sector metalúrgico apretaban, amenazaban con poner a sus obreros en la Plaza Belgrano si sus empresas no eran asistidas, las cuales fueron achicadas, pero no sus arcas personales o extensiones agropecuarias. En estos casos nadie dijo nada porque los peces en cuestión eran demasiado gordos.
La familia Lego decidió hacer su camino con su sólo andar, así me lo relata Martín Lego cuando vía telefónica me expresa: “Ojala hubiésemos tenido algún crédito o ayuda, lo que habíamos proyectado para 4 años no nos hubiese llevado 15, pero Nunca solicitamos asistencia crediticia”. Hasta aquí la verdad material de los hechos.
Mientras esta obra se desarrollaba los comentarios en algunos ámbitos de la comunidad también lo hacían, en su mayoría de manera maliciosa, con infamia, buscando el descrédito y la deshonra de Jesús Abel Blanco, a quien se le adjudicaba la verdadera propiedad de la obra. Tanto va el cántaro a la fuente, que al fin se rompe, sentencia el dicho popular, así fue como dirigentes políticos de la oposición, que nunca podían vencer con los votos, trataban de hacer correr estas versiones. Pero la cosa se ponía más pesada cuando funcionarios o algún representante del pueblo medio distraído, compañeros de Blanco, se acercaba a tratar de corroborar y otros afirmaban con ahínco de escribanos el absurdo chisme.
Blanco solía aconsejar silencio, que la verdad cae por su propio peso. Y tuvo razón, pero no llegó a verlo. Por eso creo necesario y una obligación moral poner de relieve las cosas tal cual han sido y tributar un desagravio a la honra y memoria del único hombre público de la historia de 9 de Julio que ha sido declarado por Ley N 14386 Ciudadano Ilustre de la Provincia de Buenos Aires, por sus cualidades morales, conducta, hombría de bien y laboriosidad en la gestión pública.
¿Qué responsabilidad tenemos los ciudadanos comunes, cuando escuchamos y repetimos este tipo de difamaciones hacia hombres públicos? Aquellos que operan como el falsificador de monedas falsas, las largan a rodar para que los tontos, las hagan circular, ¿no merecen la sanción de sus conciudadanos y más tratándose de hombres y mujeres que se presentan en sociedad para ayudar al prójimo y ser sus representantes?.
A su esposa, que hace poco tiempo por culpa de alguien que tontamente recogió una de estas monedas tuvo que pasar un desagradable momento, a sus hijas, nietos y bisnietos les digo que sus amigos, colaboradores y compañeros de militancia jamás permitiremos tal atropello.
A toda la familia Lego le deseo el mayor de los éxitos, seguramente lo tendrán, han demostrado una fortaleza de quebracho colorado.