[10 de mayo de 2010] En el estadio Abel del Fabro, Once Tigres recibió ayer a Naón, al que había derrotado por paliza en los últimos dos encuentros oficiales. Con este antecedente, salió un partido muy entretenido, con jugadas para ambos arcos y un resultado que esta vez fue ajustado para el último campeón de la Liga Nuevejuliense.
A los 10 minutos de juego, un contragolpe de Once Tigres dejó a Belloso mano a mano con Tudesco, y el goleador tigrense instaló la pelota cerca de un ángulo, para poner a su equipo en ventaja, con el primer gol del domingo.
Las individualidades del equipo nuevamente dirigido por Rumi marcaban la diferencia: San Miguel, Daniel “Carreta” González, Ascani, quienes cuando están enchufados son prácticamente imparables para las defensas contrarias.
Del lado naonense, sólo hubo algo en ataque en pies de Víctor Peluso, con un remate cruzado al que no llegó Maxi Gómez en el segundo palo.
Tras un cabezazo de González que se fue apenas alto, Once Tigres encontró el segundo gol, a los 21’, tras un desborde y centro bajo de Ascani, allí estaba Belloso para empujar la pelota, ante un arquero ya vencido, demostrando que ya sean fáciles o difíciles, siempre está.
Naón era un cúmulo de buenas intenciones, pero por el momento, no podía contrarrestar el juego de Once Tigres. La pelota no le llegaba clara a los delanteros, y así, pocas chances de descuento podía crear. Una fue de pelota parada: Peluso tomó un centro frontal al área, y contra la línea de fondo sacó un disparo que Cacho alcanzó a desviar.
Se iba el primer tiempo, cuando González probó de media distancia, apenas desviado. Pero no sólo no pudo asegurar el encuentro el equipo local, si no que sobre el final, a Naón le volvió el alma al cuerpo, cuando entre dos jugadores de Once Tigres le cometieron un claro penal a Maxi Gómez, que Peluso cambió por gol. Y hasta pudo empatar el equipo rojo, con un disparo de Petrucci que contuvo a duras penas Cacho, antes del pitazo final.
El cambio de ánimo en Naón se notó a lo largo de toda la segunda etapa. De hecho, tuvo la primera ocasión, cuando Gómez se acomodó cerca del área e hizo pasar el balón cerca de un palo.
La segunda, mucho más clara, fue para Once Tigres, a los 15’, cuando Ascani y Belloso repitieron la fórmula del segundo gol tigrense, pero esta vez estaba Tudesco delante del goleador para impedir con una notable intervención la caída de su arco.
Cinco minutos después, Grecco cabeceó hacia atrás un centro frontal al arco, que rozó el travesaño y salió. Iban 20’, y lo que siguió fue lo mejor de un partido interesante y bien jugado.
Primero Ascani hizo una jugada notable que terminó con un pase a San Miguel dentro del área, pero al volante le faltó la puntada final, ante la marca de un rival. En la siguiente, invirtieron los roles: una escapada a pura habilidad de San Miguel quedó para el 11 tigrense, que desde un ángulo cerrado estrelló su disparo en las seguras manos de Tudesco.
Otra vez se lució el arquero de Naón ante un remate bajo de “Carreta” González, y cinco minutos después, en el otro arco, Bazzo estuvo cerca de tiro libre.
Las mejores acciones sobre el final fueron de Naón, que en un partido de menor a mayor, por momentos logró atosigar al último campeón. Lo tuvo el ingresado Nicolás Hernández tras una asistencia de Gómez; y en el minuto 50, otra vez Grecco de cabeza estuvo a centímetros de decretar el empate, que le sacó Villalba en la línea. Un último intento de Ascani que quedó en manos de Tudesco marcó el final de un gran espectáculo de fútbol. Ganó el campeón, con la solidez de siempre, aunque le costó más de lo esperado ante un rival que estuvo a su altura.
