Se cumplen hoy 40 años del fallecimiento del general Juan Domingo Perón. Recuerdo de un grande, que fue presidente de la nación por tres períodos, elegido por el voto popular.
En sus años de gobierno encontró no sólo desunidos a los argentinos sino que también tuvo que rehacer el tesoro nacional, recuperar para el pueblo todo el patrimonio entregado miserablemente a los extranjeros, sin lo cual no hubiera podido llevar a feliz término su mandato en palabras. Así las cosas, hasta entonces sin conocimiento de lo que se tenía, sin tener la administración nacional su propio censo, sin conocer el verdadero patrimonio nacional, sin conocerse cuántos habitantes éramos y un sinnúmero de hechos que se emplean del propio estado en que se encontraban las cosas.
Gracias a la iniciativa del general Perón se crearon barrios para obreros, salas de primeros auxilios, escuelas fábricas o de orientación profesional, donde estudiaban hombres y mujeres en común confraternidad; escuelas especializadas en tres ramas de las ciencias: biológica y física, matemáticas y letras.
En la Argentina de Perón los únicos privilegiados fueron los niños. Se lo veía reír a través de sus múltiples manifestaciones.
La reforma constitucional de 1949 enumeraba los derechos especiales del trabajador, de la familia, de la ancianidad, del peón de campo. En efecto, Perón dio un decidido apoyo al agricultor y al agro, porque era consciente que la mayoría de la tierra era de los terratenientes y, a pesar de ello, fue el único capaz de expropiar 600,000 has. productivas durante su primer gobierno, para ser entregadas al chacarero y al pequeño trabajador rural.
Antes de la obra realizada por Perón, mientras el consorcio extranjero realizaba un extraordinario negocio, el chacarero vivían miserablemente y muchos miles de argentinos no podían comprar siquiera el pan, por el precio excesivo del cereal. A partir de 1946 el precio de los cereales es fijado por el Estado, antes que se haya procedido a su siembra. El chacarero recibía una mayor retribución por su esfuerzo y estaba protegido ante eventuales desastres; asimismo, el pan fabricado con harina de trigo vendido a los molinos a bajo precio por el Estado estaba al alcance de todo el pueblo.
En las primeras presidencias del general Perón se repartieron máquinas de coser, bicicleta, colchones y maquinaria del Plan Quinquenal que fue puesta en marcha. Se contrataron obras por muchos millones de pesos, se coordinaron intensificaron obras de gran envergadura hicieron magníficos empren- dimientos, tales como el aeródromo «Ministro Pistarini».
Era necesario determinar por dónde debía iniciarse la tarea inmensa de llegar al desarrollo de mayor riqueza, para luego repartirla con más justicia entre todos los trabajadores. Así, se fijaron dos objetivos: argentinizar lo que nunca debió dejar de ser argentino; atacar de frente a los monopolios internacionales.
Solamente logrando estos propósitos sería posible iniciar la magna obra dicie argentina que el general Perón se había impuesto como meta cruzada libertadora. El general Perón nacionalizó el banco central y transformó el sistema bancario, defendiendo la producción argentina; nacionalizó las empresas de seguros; compró los ferrocarriles, los servicios de gas, los teléfonos, las flotas mercantes.
EL RECUERDO DE LOS ARTIFICES DE ESTA GRAN OBRA
Es bueno recordar a quienes fueron artífices en la gran obra iniciada por el general Juan Perón: el Partido Peronista, el Partido Laborista y el Partido Popular fueron los que llevaron al triunfo al general Perón y a su compañera Evita. Siempre hay que tenerlos en el recuerdo.
Perón y Evita nunca miraron de los trabajadores y de la gente humilde de su época. Ellos les dieron renovado sus sueños, le brindaron la seguridad social, la jubilación y el incremento en su salario.
EL LEGADO DE PERON
Durante sus primeras gestiones de gobierno, el general Perón, buscó construir una patria altruista y pacífica; decorosa y altiva; desinteresada y fraternal; libre, independiente y soberana. Respetuosa del derecho y de la libertad ajena, respetarán sus derechos y en su libertad por todas las naciones del mundo.
El general Perón dijo con toda claridad, en su tiempo, que resultaba intolerante soportar la miseria de las clases populares en medio de la abundancia consecuente con su pensamiento inició la acción de gobierno que habría de dar por resultado feliz una realidad de justicia social. La Secretaría del Trabajo y Previsión fue la avanzada en la acción de encauzar al país en la ruta del progreso, de la paz, de la felicidad, por el instrumento de justicia social.
El general Perón conocía el sufrimiento de su pueblo y actuó para terminar con el padecimiento que la pobreza generaba, siendo el trabajo su única herramienta apta para ejercer la dignidad de todos los trabajadores.
Después de haber transcurrido 40 años de su fallecimiento, el general Perón nos sigue dando una lección de conducción, enseñándonos cuál es el camino político y social que debemos tomar los argentinos.
¡Qué acertadas fueron aquellas palabras que coréabamos con tanta efusividad: «Perón, Perón, que grande sos»!. Es inevitable sentir que su figura se agiganta cada día más. Por eso, todos los peronistas debemos continuar aprendiendo la conducción nacional cuyo ejemplo nos diera nuestro líder, la columna vertebral de sus enseñanzas, de su sabiduría, de su doctrina y de sus consejos.
LA UNIDAD DEL PERONISMO
Recordando siempre el legado del general Juan Perón debemos bregar todos juntos por un PERONISMO UNIDO. Se está cumpliendo todo lo que ha escrito en un diario, años atrás, la arquitecta Cristina Álvarez Rodríguez, sobrina de Eva Perón: «la figura de Evita navega entre el sentimiento, la memoria y la historia, porque fue una mujer que desafío los tiempos en que le tocó vivir y le puso el cuerpo a sus sueños para hacerlos realidad en su pueblo «.
Ojalá que las figura de Perón y de Evita sean un instrumento de unidad para todo el Peronismo. Todos son bienvenidos en el Peronismo, en nuestro movimiento; porque es peronista aquel que siente la ideología y la doctrina heredada de Perón.
Dentro del Peronismo cualquiera puede pensar y sentir como se le dé la gana, siempre y cuando no saque los pies del plato. Queremos la unidad del peronismo sin odios; porque, como lo dice la séptima de las 20 verdades del Peronismo, ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es comienza a convertirse en un personaje.