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jueves, noviembre 28, 2024

Olympia. Edouard Manet.

> Escribe Cristina Moscato
Durante la segunda mitad del siglo XIX  Napoleón III  decide modernizar  París. El  Barón Haussmann funcionario público  encargado de la reforma, se pone manos a la obra. 1024px-Edouard_Manet_-_Olympia_-_Google_Art_Project_3

Literalmente, arrasa   por completo las viejas calles y los barrios bajos de la ciudad.  La ¨nueva  ciudad¨ atravesada por  modernos y  amplísimos bulevares va cambiar los ideales parisinos.  La urbe  políticamente  motivada, la de la comuna, la de las  barricadas,   la  narrada  en  ¨Los Miserables¨ de Víctor Hugo,  va a camino a convertirse en una ciudad central, en la referencia social y económica de Europa. (Hasta entonces la hegemonía la ejercía  Londres).
En 1865,  Edouart Ma- net,  que resiste  a través de su arte a la renovación de Haussmann,   presenta un par de obras en el Salón de París, exposición anual de pintura  considerada  la gran vidriera del panorama artístico francés.
¨Olympia¨ a diferencia de su obra  ¨Desayuno en la hierba¨ que dos años antes  había ido a parar  al  Salón de los Refusés( una suerte de contra salón instaurado por Napoleón III para mostrar aquellos trabajos que resultaran  un tanto heterodoxos  a los ojos de la academia) logra,  para sorpresa de su autor,  la entrada  en la  exposición.
Desde un óleo sobre lienzo de 190 cm x 130,5 cm una mujer desnuda y  tendida sobre una cama nos mira  desde la intimidad de su alcoba. Ella  se llama  Olympia y parece descansar   tras fatigosa jornada, cubriéndose pudoro- samente el pubis.  Nada le  importa del obsequio  que uno de sus admiradores le ha hecho llegar:   el ramo de flores que la criada cuya piel se confunde con la oscuridad de la pared intenta mostrarle.  A todas luces es una prostituta tomándose un respiro.   La orquídea que luce en el cabello, la sandalia caída sobre la cama –símbolo de la pérdida de la inocencia- y  una sugestiva cinta oscura anudada al cuello en la que llevaba la consigna de ocasión ¨Ya no jodo más¨  refuerzan  su condición.  Un gato negro que alza la cola mientras se arquea a los pies de la cama, parece decirnos que el cliente que  escudriña a su dueña no le gusta en absoluto.
Una vez exhibida, la reacción pública contra ¨Olympia¨  no se hace  esperar.  La adorable  prostituta, emblema del  bajo fondo parisino arrasado por Haussmann ,   indigna a la alta sociedad y la   virulencia  del ataque es tal  que obliga a  los miembros del Salón a resguardar la tela en  un sitio seguro.
Una suerte similar esperara  a  Manet.  Durante los meses de mayo y junio de ese año, los  periódicos parisinos  disfrutan de lo lindo destripando al artista. La gente en las calles lo mira con desdén, como si fuera un proscripto y hasta le dicen obscenidades en la cara.
Entre los pocos que salen en defensa del autor y de su obra  se encuentra Emile Zola quien expresa públicamente: ¨He calificado a Olympia de obra maestra y no retiro la palabra¨.
Ninguno parece reparar  en el hecho de que la Olympia de Manet  está inspirada  en la Venus de Urbino de Tiziano.
El  pintor, muy afectado por las críticas y ofensas,  escribe a su amigo Bau- delaire ¨Ojalá estuvieras aquí conmigo. Sobre mi persona cae un auténtico aluvión de insultos¨. Más tarde confiesa a Proust ¨Los ataques de los que he sido objeto me han quitado las ganas de vivir, han mermado mi pulsión vital. La gente no comprende lo que uno puede llegar a sentir cuando es insultado constantemente¨.
Pero en virtud del revuelo provocado por Olympia, Manet se convierte en una especie de celebridad,  en una de adelantado  para jóvenes artistas como Monet,  Degas, Pisarro y Renoir, -quiénes acabarán liderando el movimiento impresionista-  que también  han experimentado la decepción de que sus trabajos fueran rechazados por el Salón.
A la muerte del pintor,  ¨Olympia¨,  es comprado por Monet con la única intención de que la obra que ¨ha revolucionado el arte hasta los cimientos¨  no  salga del país.
Seguidamente, es adquirida por el estado francés.  Actualmente se exhibe en el Museo de Orsay de París. Puede verse en todo su esplendor en distintas páginas de la web. –

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