[28 de junio de 2010] Ayer, en horas de la mañana, tuvieron lugar las celebraciones centrales en el marco de la Novena iniciada días atrás en honor del Sagrado Corazón de Jesús, en la capilla ubicada en la avenida Tomás Cosentino entre Alsina y Avellaneda. En un primer momento, la tradicional procesión y el oficio de la Eucaristía había sido programado para horas de la tarde; pero, luego se anticipó para la mañana.
Tanto la misa como la procesión fueron presididas por el obispo diocesano, monseñor Martín de Elizalde, y se contó con un buen número de feligreses.
En una parte de su homilía, monseñor Elizalde, refirió que «las carencias morales, el desorden, la desorientación son los que producen, no solamente los daños materiales, sino también provocan nuestra indiferencia, la falta de sentido de la comunidad, como así también son la causa del mal y de mucho daño”.
En el mismo sentido, explicó que «el Sagrado Corazón nos plantea la orientación que finalmente nos lleva a la realización plena de la persona humana».
«Jesús –añadió- es nuestro Salvador, El viene a dar su vida por nosotros, repara el pecado de los hombres y se ofrece ante Dios, su Padre, como quien va a redimirnos ofreciéndose en lugar de nosotros. De este modo nos va a alcanzar el perdón y nos va a ofrecer la posibilidad de alcanzar la conversión»
“La celebración litúrgica del Sagrado Corazón tiene que ser para nosotros una ocasión muy especial; porque, en primer lugar, nos muestra la misericordia de Dios, cómo Dios ama a los hombres. En nuestra sociedad moderna muchas veces se experimenta la soledad, el desinterés de los demás. Por eso esta misericordia de Dios posibilita poder abrir nuestro propio corazón; porque si nosotros hemos recibido misericordia también debemos dar misericordia”, expresó monseñor Elizalde en otra parte de su mensaje dirigido a los fieles.
