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miércoles, noviembre 27, 2024

Episodios de la guerra del Paraguay. Cándido López

Escribe Cristina Moscato
candido lopez trinchera de curupayti detalleEn 1865 el gobierno de Argentina, Uruguay y Brasil inician contra el Paraguay  el conflicto bélico que se  conoce como Guerra de  La Triple Alianza.
Bartolomé Mitre presidente de la Argentina, es  optimista. Dice: ¨En 24 horas en los cuarteles, en 15 días en campaña, en tres meses en Asunción¨.  Lo cierto es que  lejos de sus predicciones, la guerra acabará recién en 1870, con  50.000 víctimas argentinas y una  catástrofe demográfica  para Paraguay  donde la población disminuyó de un millón y medio a quinientos mil (sobrevivieron mayormente niños y mujeres).
Pero volvamos al principio.  Declarada la guerra,  el interior argentino,  históricamente enfrentado con los porteños, no ve  ven con buenos ojos  la guerra  contra el país vecino.   Mendoza, San Juan, La Rioja y San Luis se sublevan.  El caudillo catamarqueño Felipe Varela lanza una proclama llamando a la rebelión e insta a  no participar en una guerra fratricida. Dice, además de criticar a Mitre por su política:
¨…Soldados federales nuestro programa es la práctica estricta de la constitución jurada, el orden común, la amistad con el Paraguay  y la unión con las demás republicas americanas¨.
Alberdi, al igual que José Hernández y Guiso Spano,  apoyan la causa paraguaya  y acusan a Mitre de llevar adelante una ¨Guerra de la Triple Infamia¨ contra un pueblo progresista y moderno.  (Paraguay  contaba por entonces con líneas de navegación a vapor, telégrafos eléctricos, fundición de metales, astilleros, ferrocarriles, y ejercía el monopolio de la comercialización exterior de dos de sus productos principales: yerba y tabaco. Se bastaba así mismo y no tenía deuda externa).
Cándido López, un joven pintor que  hasta entonces,  se ganaba  la vida ofreciendo en el interior de la provincia de Buenos Aires  retratos  con daguerrotipo (primer procedimiento fotográfico)  y  pincel, decide,  incorporarse voluntariamente al ejército.
Además  de sus funciones como Teniente 2° del Batallón Nacional, (cargo al que accede por saber leer y escribir) el joven  que posee  conocimientos de  dibujo y pintura adquiridos con un maestro  italiano radicado en Buenos Aires,  comienza a  hacer bocetos a lápiz de  distintos episodios de la vida en campaña.  En el año y  medio que permanece  en el frente, llega a reunir  unos noventa.
Lamentablemente,  su labor se verá interrumpida el 22 de Septiembre de 1866, cuando  durante la batalla de Curupaytí, una granada le despedaza la muñeca derecha, herida de guerra que acabará en la amputación de   la mano  primero y, más tarde, ya trasladado a  la provincia de Buenos Aires, del brazo por encima del codo.
Pero ¨El manco de Curupaytí¨ como se le conocerá  en adelante, no se da por vencido y,  tras una laboriosa  convalecencia, va retomar  el pincel  con  la mano izquierda.
Casi veinte años después, ( 1885)  con  el patrocinio del  Centro Industrial Argentino y  el Club  Gimnasia y Esgrima,  Cándido López,  expone  en el salón del club porteño  29 cuadros sobre la guerra del Paraguay, serie que compone  mientras trabaja como peón rural  en Carmen de Areco, a dónde se halla radicado con su numerosa familia.
En un formato muy poco usual de telas horizontales, (tres veces la altura en el ancho de la tela) que se presta a desplegar vastas escenas enfocadas desde un punto de vista alto,  el pintor nos muestra,   en  miniatura y casi con una precisión fotográfica,  campamentos,   paisajes, desem- barcos  y  secuencias de  batallas  que podemos seguir  hasta la línea del horizonte.
La muestra es bien recibida por la  crítica  y por  el público en general, en   buena parte   por la veracidad histórica  de las representaciones  (cada  episodio  responde a un suceso debidamente fechado) y  por el hecho de ser realizada por un  inválido salido de la esa misma  guerra.
Pero el reconocimiento de sus virtudes patrióticas no es suficiente para interesar al estado en la compra de sus cuadros. Vive en la miseria y varios documentos  hablan de su lucha  por lograr la venta de la serie  que, finalmente, consigue que sea  adquirida  por el Museo Histórico Nacional.
El valor artístico de la obra de López es reconocida recién  en nuestro país  en 1930.
Algunos  cuadros de los episodios  de la  guerra del Paraguay se exhiben  en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Otros  en  el Museo y Biblioteca de la Casa del Acuerdo de San Nicolás.
La totalidad de la obra pertenece al estado Argentino y  pueden verse en todo su esplendor y  detalle  en distintas páginas de la web.

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