Escribe Cristina Moscato
Sísifo, fundador y rey de Éfira (nombre antiguo de Corinto) es uno de los tantos personajes de la mitología griega. Si creemos a Homero, era el más sabio y prudente de los mortales. Según otras fuentes, era un bandido y el más astuto y menos escrupuloso de los hombres.
Cuenta la leyenda que cuando la joven Egina fue raptada por Zeus, Sísifo revela el nombre del raptor a Asopo (dios- río y padre de la joven), a cambio de una fuente de agua para la ciudad en la que reinaba.
Zeus, furioso con la delación del rey, envía a Tánatos (dios que personifica la muerte no violenta) a buscarlo a la tierra. Pero Sísifo, precavido como era, atrapa a la muerte y la encadena, impidiéndole hacer su trabajo por un largo tiempo, durante el cual nadie muere.
Ares (dios de la guerra) es quién baja entonces a liberar a la muerte y a llevar al rey hasta el inframundo. Esta vez Sísifo, reacio a morir, se vale de una trampa: ordena en secreto a su esposa que no lo sepulte y que lo arroje en medio de la plaza pública.
Cuando Hades (dios de la última morada de los mortales) lo recibe en el inframundo sin los debidos funerales, se compadece de él y le da permiso para volver a la tierra a castigar a quién cree una impiadosa mujer. Demás está decir que el rey aprovecha la ocasión para quedarse en el mundo de los vivos.
Los dioses jamás le perdonaran su astucia y el día que efectivamente muere de viejo, lo condenarán a hacer rodar una roca hasta la cima de la montaña desde donde la piedra vuelve a caer por su propio peso, trabajo vano y sin esperanza que deberá realizar una y otra vez, por toda la eternidad.
En 1548 Tiziano, de visita en la corte de emperador Carlos V de Alemani a y I de España, en la ciudad alemana de Augsburgo, recibe de María de Hungría, (hermana del monarca) el encargo de unas pinturas para decorar la gran sala del Palacio de Binche (Bélgica).
El tema establecido por María será la condena al infierno de cada uno de los personajes de la mitología helénica, citados en forma conjunta por Ovidio en su ¨Metamorfosis¨ , a saber: Sísifo, Ticio, Ixión y Tántalo, personajes que Tiziano tratará por separado dando lugar a cuatro cuadros que reunidos se conocerán como ¨Las furias¨.
Sísifo de Tiziano, es un óleo sobre lienzo de 237 cm x 216 cm, donde este personaje mitológico, semides- nudo, sube por una pendiente con una enorme piedra sobre los hombros, casi pegada a la cara. Lleva la cabeza gacha para mirar donde camina y, cada uno de los músculos muestran la enorme tensión a la que todo su cuerpo está sometido. Detrás de él, entre un humo infernal, bastante parecido al de las representaciones cristianas, asoman dos cabezas de reptiles con ojos dorados y lenguas bífidas. Entre nubes y a lo lejos, las llamas de un volcán se elevan a lo más alto del inframundo. Las cenizas, todavía incandescentes, caen a los pies del condenado. Un pedacito de cielo azul en medio de la negrura, se esboza como una ínfima esperanza de salvación.
El Sísifo de Tiziano, en el conjunto de la serie encargada por la casa real, ha sido interpretado como un mensaje de los Habsburgo a los príncipes protestantes que osaran desafiar al poder del imperio.
Pero el mito y su significado, más allá de la pintura, sigue siendo objeto de análisis, y ha dado lugar a las más diversas interpretaciones.
Según algunos autores, se trataría del destino que le espera a quién desafíe el designio de los dioses u ose sublevarse contra ellos. Para otros sería un símbolo de la vana lucha del hombre por alcanzar la sabiduría.
Los más cercanos a la naturaleza verían en él, el disco del sol que sale cada mañana para hundirse después en el horizonte; también hay quiénes lo han mencionado como la personificación de las olas del mar.
Para Albert Camus, novelista, escritor, periodista y filósofo francés nacido en Argelia, una metáfora del esfuerzo inútil, incesante y sin esperanza del hombre moderno que consume su vida en fábricas y deshumanizadas oficinas, idea que desarrolla ampliamente en su ensayo titulado ¨El mito de Sísifo¨ publicado en 1942.
La pintura se exhibe actualmente en el Museo del Prado de Madrid y puede verse en todo su esplendor en distintas páginas de la web.