[5 de julio de 2010] Cada partido, hay que reafirmar la condición de puntero. Entiende bien esta idea, Atlético 9 de Julio, y se saca de encima rivales con una solidez y contundencia admirables. Ayer, le bastó un tiempo para liquidar a un rival clásico, cuando se sabe que los clásicos, más allá de la actualidad de cada equipo, son partidos especiales y distintos. Pero poco lo importó esto al equipo dirigido por “El Chaqueño” Ferreira, que aprovechó bien los errores de French, marcó una diferencia irremontable en una sola etapa y en la segunda, la amplió cuando quiso.
Tres minutos le llevó a Atlético 9 de Julio vulnerar la frágil defensa de French. Zuñiga envió un centro desde la izquierda, Maccagnani se acomodó con tiempo y espacio para maniobrar en el área, y puso la pelota abajo, como los que saben.
A los 13’, un centro de Rosales, otro punto alto en este 9 de Julio, salió del área y le quedó para el latigazo a Ormaechea, cuyo disparo se desvió en alguna pierna y se le metió abajo contra un palo a Godoy. Recién empezaba el encuentro, pero parecía que ya estaba todo definido, por como estaba plantado cada uno en el campo de juego. French no reaccionaba ni encontraba las marcas, y 9 de Julio le jugaba casi a voluntad.
Rosales pudo ampliar, pero no quiso ser egoísta: cuando estaba libre para definir, y le quiso ceder el balón a Maccagnani, posibilitando la recuperación de Luberriaga.
Vaudagna tuvo el único intento destacable de su equipo, tras combinar bien con Martín, pero a la hora de definir ante Romero, no pudo hacerlo con la necesaria fuerza.
Zuñiga dio una demostración de su exquisita pegada, con un pase largo y preciso para la corrida de Pirez, quien tiró un centro a la carrera que casi define Maccagnani al arco. Hubiera sido un golazo.
En otro centro de Rosales, César Godoy debió tirarse de cabeza para salvar su arco.
Pero con un sencillo cambio de frente, una vez más el puntero de la Liga Nuevejuliense logró vulnerar la valla rival: Ormaechea, que venía a la carrera, tocó la pelota suavemente por arriba ante la apurada salida de Godoy, y marcó cifras de goleada para su equipo.
Se reivindicó el arquero albinegro tapándole el cuarto a Zuñiga, que ingresaba por la izquierda aprovechando la enésima falla de la defensa visitante. Así, el descanso encontró al local arriba por tres goles.
Todo siguió igual en el comienzo de la segunda etapa. Maccagnani estuvo cerca del cuarto gol, otra vez dejando en evidencia la fragilidad defensiva del equipo de Rusconi, pero el goleador no acertó en la definición.
9 de Julio bajó un poco la intensidad de su juego en esta etapa, dejando crecer a un French que de todos modos no inquietaba. Ni Torres ni Vaudagna, los que más saben con la pelota, lograban conectarse con sus compañeros para generar alguna jugada de riesgo, y Martín estaba demasiado solo arriba.
Un tiro libre de Torres que probó los reflejos de Romero, y cuyo rebote no llegó a tomar Vaudagna, y un cabezazo de Luberriaga que se fue apenas alto, fueron lo único que pudo lograr French.
El árbitro Carlos Puyo, de Arenales, tuvo una tarea bastante mala, pero no influyó en el trámite del partido. Aunque sí exasperó los ánimos de ambos equipos cuando expulsó a Salas y a Eduardo Godoy, en una misma jugada, en una decisión confusa. Esto sucedió cuando ya el partido entraba en la recta final.
Rusconi dispuso tres cambios, para ver si al menos marcaba el gol del honor. Pero fue 9 de Julio el que marcó, por intermedio de su gran goleador, Maccagnani, cuando ya no quedaba tiempo para casi nada. Fue cuatro a cero, una goleada más de una campaña que se asienta sobre la solidez, y por supuesto, sobre los goles, muchos goles.
