[7 de agosto de 2010] Quiénes son, sino, nuestros niños, nuestros hijos, nuestros nietos, casi nadie sabe por qué pero el próximo Domingo se celebra el Día del Niño, seguramente con un marcado interés comercial, la fecha tal vez se corra según la necesidad de comprar y de vender, no importa—— si además del regalito, somos capaces de darles a nuestro pequeños, un algo más que trascienda lo meramente material, si somos los adultos, los encargados de trasmitirles, para beneficio de su formación, valores éticos y morales.
Somos los que podemos dejarles el mensaje de la responsabilidad que poco a poco irán adquiriendo, de cuidar y aún mejorar el lugar donde viven, de tomar conciencia del respecto hacia el prójimo hacia sus mayores, inculcarle las reglas de convivencia para crecer y desarrollarse en armonía con el medio ambiente que los rodea, darle las bases para no convertirlo en un depredador, en un ser mezquino que piense sólo en el aspecto mercantil de la vida, que se de cuenta de compartir, ser SOLIDARIO Y GENEROSO.
Terrible y tristísimo pensamiento de aquel que cree que porque es mío hago lo que quiero, y lo hace rapiña la riqueza de la tierra, la de los negocio y hasta el alma del que cae cerca de su ambición. Demos a nuestros hijos el mensaje de pertenencia del mundo en el cual vivimos, de todo lo que recibimos de él y de todo lo que le debemos, sí, de todo lo que lo debemos cuidar, precisamente para que ellos, destinatario de nuestros desvelos, disfruten de un mundo mejor.
No estará demás recordar que donde hay un DERECHO existe una OBLIGACION, es injusta una cosa sin la otra, si por ejemplo, tenemos derecho a un agua buena tenemos la obligación de cuidarla, si tenemos derecho a la propiedad de la tierra, tenemos la obligación de no inutilizarla, y así cada cosa que se nos ocurra.
Días pasados un funcionario de alto nivel decía: Donde hay una falta existe un derecho— acaso no también una obligación.
Debemos con todo cariño el regalito pequeño o grande, no importa, pero no dejemos de trasmitirle, aprovechando este día tan esperado por ellos un mensaje, como podamos o seamos capaces de expre- sarlo, de que el mejor de todos los regalos será un mundo sin guerras, sin odios, con personal que lo cuiden, lo respeten, cumplan sus obligaciones y así será justicia el reclamo de sus derechos.
Que todo sea por y para ellos que son LOS HEREDERO DEL FUTURO.
Dr. CARLOS PINCIROLI, para Solidaridad Ciudadana