Escribe Cristina Moscato
Los proverbios y refranes, sentencias breves, acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, constituyen un fenómeno lingüístico universal.
Si bien podría decirse que el refrán hunde sus raíces en la filosofía popular, y que el proverbio resulta el enunciado de una cultura más erudita, ambos términos suelen utilizarse indistintamente
Conocidos y empleados por la mayoría de los nativos de una región determinada, generalmente estruc- turados en verso y con rima en consonancia o asonancia, las dos expresiones suelen expresar un pensamiento moral o bien un consejo, sugerencia, advertencia o escarmiento, sobre una conducta o hecho determinado.
El alcance temático de estos dichos es muy extenso. Generalmente se aplican a la vida cotidiana de los distintos pueblos y sirven para ilustrar costumbres, hábitos e idiosin- crasias regionales.
En 1559, Pieter Brueghel, inspirado probablemente en el largo poema satírico titulado ¨La nave de los locos¨ de Sebastián Brant (1494), profusamente ilustrado por grabadores, pinta los ¨Proverbios Flamencos¨, óleo sobre tabla de 117 cm x 163 cm.
En una aldea imaginaria de la Provincia de los Países Bajos, toman cuerpo más de cien proverbios y refranes. Veremos algunos: Un hombre en el centro del cuadro viste una capa azul. Su esposa, una joven alta y bien dotada, le acomoda el abrigo. La diferencia de edades es notable. ¨Poner el manto azul en los hombros del marido¨ equivale a la popularizada sentencia “poner los cuernos”. Ella se ve feliz, él totalmente ajeno a la situación.
Dos mujeres comentan el asunto a espaldas de la pareja: ¨Una rueca lo que otra hila¨. Delante del hombre de azul, un campesino da de comer ¨rosas a los chanchos¨. Al lado, otro ¨tapa el pozo después que el ternero se ahogó¨.
En el ángulo superior izquierdo, el hombre que asoma por la ventana ¨se caga en el mundo¨, un globo celeste con la cruz invertida que lo representa al revés o patas arriba. El destacado lugar de esta esfera en la obra, lo mismo que la repetición, las más de las veces con un personaje atrapado en su interior, indica que este pueblo está gobernado por la necedad y la locura.
En la misma ventana, dos hombres se ¨llevan de las narices¨. Los naipes sobre el tejado hacen referencia al zar ¨Depende como caigan las cartas¨.
En lo más alta del tejado asoma una escoba. Una pareja se besa en la pequeña ventana. El refrán ¨Casados bajo la escoba¨ hacía referencia al concubinato.
En el ángulo inferior izquierdo una mujer amordaza un demonio, vale decir: ¨las mujeres son más astutas que el diablo¨.
Muy cerca de ella, un hombre se ¨da la cabeza contra la pared¨. En clara alusión a la estupidez humana, el necio, lleva una coraza y una espada. El vendaje de la pierna es secuela de intentos similares.
Sobre el mismo muro un soldado ¨armado hasta los dientes¨ (muerde un cuchillo) realiza una ardua tarea: ¨le pone el cascabel al gato¨. Algo más arriba un hombre ¨cuenta los huevos antes de que las gallinas los pongan¨. Más arriba aún, quién asoma por la ventana intenta algo imposible: ¨Orinar contra la luna¨.
En el ángulo inferior derecho, un muchacho extremadamente delgado apoya una mejilla sobre una tabla mientras despliega los brazos en toda envergadura. A pesar del esfuerzo no consigue llegar de un pan a otro, o lo que es lo mismo: ¨No llega a fin de mes¨. Más abajo alguien, tomándose la cabeza, cucharón en mano, intenta en vano recoger del suelo el contenido que ha caído de la olla: ¨llora sobre la leche derramada¨.
A orillas del arroyo, un hombre de capa roja, de pie sobre una plataforma ¨tira el dinero al agua¨ o ¨echa la casa por la ventana¨. Frente a él, otros dos, cuyas sentaderas sobresalen por un hueco en la pared: ¨cagan en el mismo agujero¨ refrán que para algunos equivale a ¨ser carne y uña¨ y para otros, ¨hacer de la necesidad una virtud¨. Muy cerca, ¨el pez grande se come al pez chico¨.
Siguiendo el curso del agua, un navegante lleva ¨la vista fija en la vela¨ vale decir, va con cautela, con el ojo avizor.
Sobre el acantilado, haciéndoles correr verdadero peligro, ¨un ciego guía a otros ciegos¨, miniatura que será el precedente de otra obra de Brueghel titulada ¨Parábola sobre ciegos¨.
¨Proverbios Flamencos¨ se halla en Los Museos Estatales de Berlín y nos muestra que la naturaleza y el comportamiento del hombre resisten al paso del tiempo. Puede verse con todo detalle en distintas páginas de la web.