Como todos, tengo allegados kirchneristas, amigos, parientes y conocidos a los que para nada les envidio la difícil tarea de defender el modelo. Durante siete años algunos dijeron, como Nestor en alguna oportunidad y refiriendose a los productores agropecuarios, que con la 125 estaríamos mejor. Mis amigos K lo repetían en cuanta ocasión aparecía el tema, en especial cuando analizábamos lo fácil que resulta poner impuestos en nuestro país y lo muy difícil que resulta sacarlos.
Hace poco tiempo en Santa Rosa, La Pampa, Cristina y por cadena nacional, reconoció sin embargo, “que la 125 fue un error que casi me hace volcar”, pero se lo adjudicó a Losteau, su Ministro de Economía en ese momento, ante lo cual los K ahora no saben que decir.
Otro tenaz defensor del modelo, Anibal Fernandez, precandidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y en campaña, dio una conferencia de prensa en 9 de Julio para los medios locales hace pocos días. Tuve oportunidad de participar y preguntarle por dos temas importantes, le consulté por las pocas obras de infraestructura que habían realizado durante los últimos 12 años de gobierno kirchnerista y en especial por la autovía Lujan-Mercedes. No dijo nada sobre el tema de la autovía pero aclaró que se había priorizado la transformación ferroviaria especialmente durante los últimos años. También prometió que si asume la gobernación, será el tiempo de las grandes obras de infraestructura. Le repregunté si él no había ocupado cargos muy importantes en los gobiernos de Néstor y Cristina y se había hecho muy poco en este aspecto. Contestó: “Si Ud. quiere créame”, no pudo decir más que eso.
Tambien me pareció importante preguntarle sobre el trigo y si él apoyaba la postura del Ministro de Asuntos Agrarios de la Provincia, Alejandro “Topo” Rodriguez, de que hay que bajar las retenciones a los cereales y eliminar los ROES o permisos de exportación, o con la postura de Kunkel y Kicillof según la cual todo debe seguir como hasta ahora. Respondió que hay que defender la mesa de los argentinos y luego autorizar las exportaciones. No hizo falta más aclaración, todos o casi todos entendimos de qué lado estaba.
Lo que no dijo Anibal Fernández es que con un trigo que vale 1 peso el kilo y un kilo de pan que cuesta entre 20 y 28 pesos el kilo, pareciera que el precio del trigo tiene poca influencia en el del pan y son otros los costos que entran en juego. Esto no lo entienden los kichneristas o forma parte de su postura ideológica en contra de los productores y va contra toda lógica.
Cristina fue muchos años legisladora durante los gobiernos de Menem, De la Rua y Duhalde, casi siempre estuvo en la oposición y durante el gobierno de Menem creó un bloque unipersonal. Criticaba las medidas que esos presidentes tomaban y cuando llegó al poder hizo exactamente lo mismo que criticó durante años. Esto lo describe muy bien Vilma Ibarra, compañera de bancada de Cristina durante muchos años, en su libro “Relatos“. Cuando se le hace notar esto a los K lo único que atinan a decir es que las circunstancias cambiaron. Cristina es de esas personas que los hechos o acciones políticas no son buenos o malos intrínsicamente, sino depende de quien los aplica, para ella que se siente iluminada, todo o casi todo le está permitido.
Con respecto a la corrupción la mayoría de mis amigos K sólo le bajan el pulgar a Jaime pero no reconocen a ningún otro corrupto. Siguiendo las órdenes de la Presidenta, defienden a Boudou a pesar de que dentro del gobierno hay varios que le dan vuelta la cara.
Hasta hace poco, algunos allegados K locales criticaban al Intendente Municipal Walter Batistela porque según ellos había aumentado mucho la planta de empleados municipales. Al comentarles que en los últimos doce años y especialmente en los últimos ocho del gobierno de Cristina, han aumentado en alrededor de un millón los empleados públicos a nivel municipal, nacional y organismos descentralizados, se ponen nerviosos y sostienen que el Megacanje le costó más al país. Piensan que cualquier crítica que roce al gobierno es totalmente injustificada y casi siempre culpan a Clarín y a los medios opositores de inventar todo.
Con respecto a la economía no reconocen el atraso cambiario, el nivel de inflación y de pobreza y es muy probable que lleguen a diciembre sin que les explote la bomba pero cualquiera que sea el ganador de las elecciones “deberá” realizar el tan temido ajuste aunque no lo digan en campaña.