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Nueve de Julio
viernes, noviembre 22, 2024

A usted, Eduardo Guerrero

guille_blancoPor Guillermo Blanco (@guille_blanco)          
Se fue una gloria del deporte argentino, a los 87 años. Durante 52, el deporte argentino logró una sola medalla dorada. Fue en los Juegos Olímpicos de Helsinski 1952 en remo, un deporte donde el esfuerzo y el temperamento se conjugan y más cuando es de a dos, como en el caso de Eduardo Guerrero y Tranquilo Capozzo.
En Atenas 2004 el fútbol (apenas unas horas antes que el básquetbol) volvió a darle al país otra medalla máxima. Pero lo hecho por Guerrero junto a Capozzo quedó inmortalizado en el alma del deporte nacional.
Por eso estas décimas de reconocimiento para ese “guerrero” de verdad que, pisando las nueve décadas, se nos fue luchando. El llegó a leerlas y guardarlas. Hasta siempre,

Guerrero de oro
A usted, Eduardo Guerrero
el deporte lo saluda,
le reconoce su ayuda
por trabajar con esmero.

Desde el momento primero
cuando los remos tomó
y con sus brazos luchó
contra el agua con Capozzo,
esos momentos hermosos
viven en el corazón.

Helsinki fue la ciudad
que lo vio junto a Tranquilo
teniendo a todos en vilo
y ganando de verdad.

Aquello fue colosal,
aquello fue inolvidable,
aquello fue venerable,
increíble, magistral.

Lograr la medalla de oro
fue un orgullo nacional.

Sin quejas y sin reproches
porque el bote no era bueno,
nunca perdieron terreno
ni se les vino la noche.

El final fue como un broche
que en la solapa argentina
brilló como luz divina
en aquel ’52.

Fue la medalla más grande
que el ser humano inventó.

Señor Eduardo Guerrero,
deportista con mayúsculas
que siempre orientó su brújula
como un baqueano remero.

Reconoció al compañero
que ya se fue por la huella
con la mirada en la estrella
que alguna vez lo alumbró
cuando al llegar a la meta
un abrazo los unió.

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