El pasado sábado, tuvo lugar en esta ciudad el Encuentro Catequístico Diocesano (ENCADI), un importante evento anual que congrega de los catequistas de la Diócesis de 9 de Julio.
En la oportunidad, se efectuaron varias charlas, dirigidas a los asistentes. Uuno de los disertantes fue el padre Facundo Echaniz, vicario parroquial de la Catedral de 9 de Julio, quien expuso sobre “La reconciliación, una relación sacramental”.
Entre otros términos, el sacerdote recordó que “la misericordia es uno de los atributos fundamentales del Dios judeocristiano, a tal punto que define el modo propio que Él tiene para relacionarse con nosotros”.
”La misericordia –añadió- es, por otro lado, un valor poco comprendido en una cultura como la nuestra, en la que se exalta la necesidad de la justicia como condición fundamental de la convivencia humana. La indignación frente a fenómenos como la inseguridad, la injusticia, la violencia, no deja lugar a una actitud como es la de dar una nueva posibilidad a quien ha hecho el mal. A tal punto que, cuando semejante cosa se produce, lo vemos como un acto de debilidad por parte de quien no sabe poner punto final al mal, o incluso de complici dad entre personas que prefieren salvar su pellejo. Al mismo tiempo, en el ámbito específicamen te cristiano, la misericordia es vista por muchos como una justifica ción del pecado: ¿Quién de nosotros no ha escuchado alguna vez la frase: claro, hacé lo que quieras total después te vas a confesar y listo”?”.
“La experiencia real de misericordia es transfor- madora y reveladora: lleva por sí misma al arrepentimiento, al reconocimiento de la propia fragilidad, al deseo de cambiar la propia vida y comenzar de nuevo. Nunca deja a la persona igual a como la encon- tró.Y como consecuencia produce siempre la reconciliación, reconstruye puentes, acerca distancias”, expresó el sacerdote.
El padre Facundo recordó que “el sacramento de la reconciliación ámbito privilegiado de la misericordia”
“La reconciliación –dijo- es un valor que va más allá del sacramento que lleva su nombre. Sin embargo, es en éste donde la misma encuentra un ámbito privilegiado para expresarse y ser experimentada”.
En la parte final de su conferencia, el expositor sostuvo que “el perdón, más que la cancelación de una pena es una participación renovada en la vida trinitaria: no es el efecto de una acción que el Espíritu realiza a la distancia, sino la comunicación personal del mismo Espíritu que penetra en el corazón del pecador y lo abre a recibir la compasión del Padre”.
“El perdón es una verdadera resurrección espiritual en la vida del pecador: el evento anticipado – en el interior del corazón – de aquella resurrección que un día volverá inmortal y glorioso su cuerpo. El pecador es perdonado en un “cara a cara” con el Resucitado, quien desciende a los infiernos de su angustia, lo visita, y lo despierta a la vida bautismal”, sostuvo, entre otros conceptos.