Se ha hablado recientemente de los gordos saludables, de personas que, aun con un índice de masa corporal por encima de 25, mantienen constantes saludables. Pues no. Ser obeso y sano son términos contradictorios: la idea de una obesidad potencialmente sana es un mito, y la mayoría de personas obesas acaban teniendo mala salud y enfermedades crónicas a lo largo del tiempo, afirma un nuevo estudio británico.
La obesidad sana es un mito
La paradoja de la obesidad
La «paradoja de la obesidad» es una teoría que plantea que el excesivo sobrepeso podría mejorar las probabilidades de algunas personas de sobrevivir a ciertas enfermedades, como la insuficiencia cardiaca, señaló el investigador líder, Dr. Joshua Bell, del London University College.
Una investigación que siguió la salud de más de 2.500 pacientes británicos de ambos sexos durante dos décadas halló que la mitad de las personas consideradas inicialmente como «obesos sanos» terminaron padeciendo problemas de salud con el paso de los años.
«La obesidad sana es como una fase, no algo que se mantiene con el tiempo», dijo Bell. «Es importante tener una perspectiva a largo plazo sobre la obesidad y tener en cuenta las tendencias a largo plazo. Siempre que la obesidad persista, la salud tiende a empeorar. Parece ser un estado de alto riesgo».
Hay pacientes con sobrepeso, pero sin más problemas
La idea surge de la investigación con pacientes con sobrepeso pero que no sufren problemas relacionados con la obesidad, como hipertensión, colesterol malo o azúcar elevados en sangre, comentó el Dr. Andrew Freeman, del National Jewish Health, en Denver.
Algunos estudios han encontrado que las personas en esa categoría parecen ser menos propensas a morir de enfermedades cardiacas y enfermedad renal crónica que las personas con un índice de masa corporal más bajo, dijo Freeman, aunque la ciencia también ha probado que la obesidad aumenta el riesgo general de enfermedades cardiacas, diabetes y algunas formas de cáncer.
Nadie sabe cómo funciona la paradoja de la obesidad, pero algunos han especulado que las personas con un peso adicional quizá tengan unas existencias extras de energía que pueden utilizar si se enferman de forma aguda, dijo Freeman.
El estudio
A los 2.500 voluntarios se les midió el índice de masa corporal (relación entre el peso y la estatura), el colesterol, la presión arterial, el azúcar en sangre en ayunas y la resistencia a la insulina de cada participante, y se les calificó como obeso/no obeso y sano/no sano.
Una tercera parte de los obesos no tenían factores de riesgo de enfermedad crónica al inicio del estudio, y se calificaron como “obesos sanos”.
Pero con el tiempo, ese grupo comenzó a contraer factores de riesgo de enfermedad crónica. Tras diez años, alrededor del 40 por ciento se habían convertido en “obesos no sanos” y, a los 20 años, el 51 por ciento estaban ya en la categoría de obesos no sanos, halló el estudio.
Los no obesos no sanos también tuvieron problemas de salud con el tiempo, pero a un ritmo más lento. Tras dos décadas, el 22 por ciento se habían convertido en no sanos, pero seguían delgados, y alrededor del 10 por ciento se habían convertido en obesos sanos o no sanos.
Solo el 11 por ciento de las personas que comenzaron como obesos sanos perdieron peso y se convirtieron en no obesos sanos, hallaron los investigadores.
El estudio sugiere que las personas obesas al final contraen factores de riesgo como azúcar alto en sangre y colesterol malo que conducen a enfermedades crónicas y a la muerte, advirtieron Bell y Freeman.
«Cuanto más tiempo es obesa una persona, más probable es que se ‘produzcan daños'», planteó Freeman. «Muy raras veces he visto personas obesas que a largo plazo no sufran afecciones que requieran tratamiento».