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martes, noviembre 26, 2024

La historia del cassette: la forma más popular de almacenar audio y música en los 80’

cassette-001Inventado por la empresa Philips en 1963, esta forma de almacenaje de audio en un estuche de plástico que contenía una cinta magnética, se popularizó en los 80’.
El cassette fue un formato de almacenaje de audio y grabación de sonido introducido en Europa y Estados Unidos por la empresa electrónica holandesa Philips en 1963 y 1964, que se popularizaría progresivamente luego que esta empresa lo licenciara gratuitamente a otras empresas electrónicas, convirtiéndose así en una alternativa popular para escuchar música.
Llamado originalmente “Audio compact cassette” (“Audio cassette compacto” en español), el cassette fue concebido en principio para reemplazar al magnetófono, cuyo principal problema era que no era un equipo de fácil transporte ni portátil. El cassette, de mucho menor tamaño y mucho más compacto, quería resolver estos problemas y cubrir esa franja de mercado que aún no estaba siendo atendida.
El cassette, a grandes rasgos, era un estuche de plástico o carcasa plástica protectora que contenía dos carretes miniatura entre los cuales se pasaba una cinta magnética, que corría a una velocidad aproximada de 4,76 centímetros por segundo. En esta cinta magnética estaban disponibles dos pares de pistas estereofónicas, uno por cada cara: una cara se reproducía cuando el casete se insertaba con sus revestimientos laterales de cara A para arriba, y la otra cuando se le daba la vuelta, es decir, cuando se insertaba con su cara B para arriba.
La producción en masa de cassettes o Audio Cassettes Compactos comenzó en propiedad en 1964 en la ciudad de Hannover, Alemania. Estos primeros cassettes fueron comercializados inicialmente como un medio para la grabación de dictado personal y uso portátil, pero su capacidad de almacenamiento era más bien pobre y la calidad de los primeros reproductores no era adecuada para la música, sin mencionar que algunos modelos presentaban algunos fallos de diseño mecánico. En el año 1971 ocurrió un hecho capital en la historia del cassette, al introducirse el cassette que combinaba la reducción de ruidos Dolby con una cinta magnética de dióxido de cromo, que transformaría al cassette en un formato apto para el uso musical, dando comienzo a la era de los cassettes y reproductores de alta fidelidad. Este gran salto en la calidad de sonido conduciría al cassette a convertirse en un nuevo paradigma para la industria discográfica.
A mediados de los años 70’ la empresa japonesa Maxell masificaría aún más este producto al lanzar los cassettes con cinta virgen. A finales de esa misma década, Maxell y TDK eran las marcas que se repartían el mercado mundial de las cintas de cassettes vírgenes.
Además de servir como un medio de grabación de audio, el cassete compacto disponía de varias otras aplicaciones. Debido a que una sola cinta podía ser re-grabada muchas veces, se convirtió en el primer medio de elección de los primeros contestadores telefónicos. También fueron utilizados por algunos fabricantes de computadoras de escritorio, que los usaban como medio de almacenamiento de datos. Apple y Hewlett Packard, de hecho, ofrecían algunas computadoras con unidades de cinta incorporadas.

Llega el walkman
Durante la década de los 80’ el cassette se masificó definitivamente como resultado de la llegada al mercado de las grabadoras portátiles de bolsillo y walkman, pequeños reproductores de cassette portátiles con auriculares que permitían al usuario escuchar su música en cualquier momento y en cualquier lugar, y cuyo tamaño no era mucho mayor que el propio cassette. El usuario podía grabar en una cinta la selección de música que creyera oportuna y llevarla allí donde quisiera. Los modelos de walkman, además, empezaron a incorporar sintonizadores de radio AM/FM, agregando aún más diversidad a lo que un usuario podía programar.
Las radios de los autos con pletinas (el reproductor de cassettes o cintas magnéticas) también se convirtieron en algo usual. Las cintas de cassette se convirtieron asimismo en el audio estándar para el hogar y los discos de vinilo sufrieron una cierta merma en los estantes de las tiendas de música, aunque para muchos melómanos el formato vinilo-cassette era totalmente complementario, es decir, uno podía comprar uno o varios discos y grabarlos posteriormente en cassette para hacer compilados de música según el gusto personal de cada uno y escucharlo las veces que uno quisiera. Y cuando la cinta del cassette ya empezaba a resentir su calidad por las numerosas escuchas, simplemente se grababa otro cassette completamente nuevo.

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