Desde hace un largo tiempo que el Gobierno porteño mantiene una lucha contra la venta ilegal en las calles. Por eso, prepara un plan para trasladar a predios cerrados a miles de vendedores ambulantes que se concentran actualmente en los barrios de Flores y Once, con el objetivo de liberar calles y veredas por las que resulta casi imposible transitar. Si bien algunos de los 3.300 manteros que serán mudados a unos metros de donde trabajan están de acuerdo con la iniciativa, otros manifestaron su rechazo.
La recuperación del espacio público es un deseo vigente de la Ciudad y de los vecinos de las zonas implicadas, mientras que los comerciantes vienen reclamando y quejándose ante la competencia desleal que ven a partir de la venta callejera.
En diciembre sumaban 1.694 los vendedores que exhibían su mercadería en puestos improvisados en Once, según el registro de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba).