El papa Francisco denunció el trato que recibieron las comunidades indígenas en la sociedad, al tiempo que consideró que han sido «mareadas por el poder y despojadas de sus tierras», durante la misa que se celebra en San Cristóbal de las Casas, en el estado mexicano de Chiapas.
En el estadio municipal de esa localidad, elegida personalmente por Francisco para lanzar su apoyo a las comunidades indígenas, el Papa condenó la manera sistemática y estructural en que «sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad», según consignó la agencia EFE.
«Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones», continuó el pontífice ante las comunidades que estuvieron presentes en la misa y representan a los 11 millones de mexicanos indígenas que viven en el país.
«¡Qué tristeza!», exclamó el Papa, por lo cual instó a todos «a hacer un examen de conciencia» y a pedir «perdón».
Al inicio de su homilía, el Papa se había referido al pueblo de Israel como aquel «que había experimentado la esclavitud y el despotismo del faraón», en una comparación con lo que sufrieron los pueblos indígenas.
Tras la misa, el pontífice almorzará con ocho de los representantes de los pueblos originarios y visitará la tumba de Samuel Ruiz, un sacerdote a quien llamaban cariñosamente «Tatic» (padre en lengua tzotzil), quien fue un defensor de los indígenas mexicanos.
Luego volverá a Tuxtla Gutiérrez para tener otro de los encuentros que se repiten en sus viajes: con las familias, en el estadio «Víctor Manuel Reyna».
El martes, Francisco viajará a Morelia, en el estado occidental de Michoacán, y el miércoles a Ciudad Juárez, en el norteño de Chihuahua, para culminar su visita y despegar desde allí de regreso a Roma.