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miércoles, noviembre 27, 2024

Volver al colegio genera emociones fuertes

El inicio de clases suele activar en los estudiantes diferentes emociones. Estas pueden ser, alegría por reencontrarse con sus compañeros y maestros, tristeza porque se acabaron las vacaciones y todo el tiempo libre para jugar, además de disfrutar con sus papás.
También aparece el enojo por volver a acostarse y despertarse temprano, sumado al miedo por comenzar un año nuevo, incluyendo el separarse de sus papás. Cabe aclarar que esto sucede de acuerdo a la edad, en donde, van a ir variando las emociones y su intensidad, ya que no es lo mismo un alumno de 3 años que recién va a escolarizarse, que otro de 8 que ya está en la primaria, o de 16 en la secundaria.
Estos motivos son suficientes para causar estrés en los menores, y para muchos, el primer día de colegio puede ser angustioso, sobre todo para aquellos que comienzan en un colegio nuevo o tienen que volver a un lugar en el que lo han pasado mal. En cambio, los que ya conocen su colegio y tuvieron experiencias positivas, vivirán ese día con más ilusión y entusiasmo que con miedo, pero igualmente presentan nervios e inquietud. Es decir que estos factores podrían generar un cuadro de estrés.
Para los padres, es importante hablar con los hijos sobre aquello que les preocupa e inquieta, al mismo tiempo que acompañarlos y contenerlos para transmitirles seguridad. Generalmente, todos los chicos logran en pocos días adaptarse exitosamente. Por lo tanto, cuando se presenta una situación nueva, como comenzar las clases, suelen aparecer miedos y nervios que van a ir decreciendo en tanto viven la experiencia.
Sin embargo, un número reducido de ellos desarrollan síntomas físicos de ansiedad, siendo los más frecuentes, dolor de cabeza y estómago, rabietas continuas, poco apetito, dificultades para dormir o falta de concentración. Esta situación de ansiedad se da cuando el entorno se vuelve amenazante y no se perciben los recursos de uno para afrontarlo, sintiéndose en peligro y vulnerables.
Los padres deben consultar con un especialista para evaluar a qué se deben dichos síntomas y poder tratarlos a tiempo. Asimismo, como padres es fundamental ser la base de su seguridad, brindándoles una respuesta contenedora.
Cada uno de nosotros, cuenta con competencias y habilidades para ayudar a nuestros hijos, buscando respuestas y reduciendo el mecanismo de evitar la situación amenazante. Es importante mantener las rutinas, además de favorecer su autonomía. En tanto, no hay que brindar asistencia innecesaria, al tiempo que debemos establecer límites claros y firmes.
Por último, debemos favorecer su expresión emocional, reforzar las conductas positivas, transmitir seguridad y confianza en ellos mismos. Estas, son algunas de las estrategias para ayudarlos a disminuir el nivel de estrés, y para que puedan disfrutar al mismo tiempo que se van formando de cara al futuro.

Breves.
¿Cómo lavar las zapatillas blancas?
Antes de lavar, sacar todo el polvo seco. Luego, prepará una solución con media taza de agua tibia, una cucharada de amoníaco claro y jabón detergente para platos. Después colocar una poco de bicarbonato y cepillar la zapatilla de tela blanca sacando todas las manchas. Por último, enjuagar bien y dejar secando en la sombra.

Hacé ejercicios relajatorios.
Respire profundamente varias veces. Esto hace que se respire más lentamente y que se relajen los músculos. Haga ejercicio. Váyase a dar un paseo durante el día. Piense en positivo. Recuerde las cosas buenas que hay en su vida. Cuente hasta diez. Esto hace que se tome un descanso y se relaje antes de reaccionar ante la situación que causa estrés. Haga estiramientos.

No pares de leer.
Hay que leer mucho. Ejercitar la concentración. Resolver crucigramas y acertijos. Cuidarse y mantener una buena alimentación, las deficiencias nutricionales pueden afectar a la memoria. Realiza ejercicios físicos. Practicar con frecuencia ejercicios de estimulación de memoria como recordar lo que desayunaste ayer, cómo te vestiste o cuál fue la última película que viste en el cine. Importante, dormir ocho horas diarias.

Tips para seguir.
Algunas de las estrategias para ayudarlos a disminuir el estrés:
– Mantener las rutinas.
– Favorecer su autonomía.
– Establecer límites claros y firmes.
– Favorecer su expresión emocional.
– Reforzar las conductas positivas.
– Transmitir seguridad y confianza en ellos mismos.
Las licenciadas Donovan y Marengo, del Instituto Sincronía, quienes son especialistas en estrés, ansiedad y emociones, consideran que la vuelta al colegio puede resultar una causa de estrés tanto para los padres como para los hijos, ya que esto implica un cambio de rutina dentro de la dinámica familiar, al que frecuentemente cuesta adaptarse. Después de las vacaciones hay que acomodarse nuevamente a una gran lista de hábitos que habían estado en pausa, por ejemplo, acostarse y levantarse temprano, preparar la mochila y el uniforme el día anterior o comenzar con las actividades extra escolares. De esta manera, el inicio de clases marca el comienzo de otro ritmo diario y hay dos claves fundamentales para evitar el estrés: organizarse y no perder de vista la adaptación en el regreso a clases.

Anticipar y prevenir con anticipación.
Se acercan los cambios, y la organización en el hogar es un aspecto fundamental. Por ejemplo: para los chicos que asisten a la escuela primaria, se puede tener como apoyo una lista de lo que tienen que recordar por hacer como lavarse los dientes, peinarse o hacer la tarea. La clave es establecer prioridades y alternativas. La cantidad de ítems a completar durante un día deben ser lo más reales posibles. Los cambios suelen generar dificultades para adaptarse, por lo cual se recomienda:
– Volver a reorganizar y establecer poco a poco los horarios y rutinas.
– Reservarse momentos entre una actividad y otra para disfrutar con los más pequeños.
– Buscar tiempo dentro de los horarios semanales para que pueda hacer alguna actividad libre y jugar.
– No dormir suficiente hace más difícil mantener el nivel de atención necesario para aprender y el buen humor.
– Conversar con los ellos acerca de las actividades que quisieran realizar este año. Si son varias, se podrían priorizar y comenzar con las que más les entusiasman y luego de un periodo de tiempo, evaluar si se suman otras actividades o se reemplazan.

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