Puerto Madryn – El Ministerio Público Fiscal de la Provincia de Chubut informó que el viernes se conocerá la resolución de la jueza. La información adelanta que podrían ser condenados a penas de efectivo cumplimiento junto a otras medidas, como donar dinero a instituciones benéficas y reparar económicamente a las víctimas. Se los acusa de cometer estafas con tarjetas de crédito y reconocieron los hechos.
La denominada “Banda del Sapo Ciarlo”, integrada por Facundo “Sapo” Ciarlo, Roberto “Cabezón” Curia y César “Coco” Barlocco, fue acusada por cometer estafas con tarjetas de crédito.
Por intermedio de su abogado, Fabián Gabalachis, aceptaron los hechos y la calificación legal que sostiene la Fiscalía, y accedieron a la realización de un “juicio abreviado” donde reconocen el delito y entregan el dinero a instituciones benéficas.
La medida será dispuesta el viernes por la jueza de garantías Stella Eizmendi, quien tiene a cargo el control de la legalidad de los actos procesales y resolvería la modalidad del juicio abreviado de acuerdo a los términos planteados.
La información judicial indica que Ciarlo y sus consortes reconocerían la comisión de los delitos de estafa con tarjetas de crédito y asociación ilícita. Se les decomisarán los bienes, basándose en el artículo 23 del Código Penal, que serán destinados en favor del Estado Provincial e instituciones.
Asimismo, entre los requisitos impuestos, los condenados deberían entregarar dinero secuestrado a dos instituciones: el Minihogar de Puerto Madryn y la sala de pediatría del Hospital Andrés Isola.
Finalmente, deberían entregar una importante suma de dinero a las empresas afectadas y no podrán salir del país.
Modus operandi
El origen de las maniobras defraudatorias estaban localizadas en 9 de Julio. El procedimiento delictivo se basaba en obtener los datos de la tarjeta de crédito y de su titular, para luego realizar compras vía internet y telefónica.
La operatoria estaba centrada en la compra de paquetes turísticos fuera del país con los datos obtenidos de las tarjetas de crédito, que luego comercializaban a través de una agencia de viajes montada a tal efecto llamada “Frog Travel”.