«Dos palabras: no hablo», insistió el presidente destituido por FIFA, Luis Segura, una y otra vez al salir como otros empleados minutos después de las 12.20 cuando policías llegaron a la sede de Viamonte 1366 por una llamada anónima sobre una bomba en el edificio.
En medio de la crisis profunda, una amenaza de bomba llevó a la autoevacuación de la sede de la AFA durante unas dos horas, y entre los que debieron dejar el edificio céntrico fue Luis Segura, el presidente destituido por FIFA.
Al salir Segura se mostró tan molesto como cuando entró antes de las 10.30. Una y otra vez se negó a hablar pese a los varios temas que envuelven a la AFA en crisis, con peligro de ser desafiliada y el fresco anuncio del retiro de Lionel Messi del seleccionado.