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viernes, noviembre 29, 2024

Malestar y preocupación dentro del radicalismo

Algo que se advertía en distintos encuentros comenzó a tomar forma cuando dirigentes radicales resolvieron reunirse en la sede de la Fundación Ricardo Rojas. El disparador fue la anunciada reunión que se realizará en Villa Giardino, en la provincia de Córdoba, como la Convención Nacional de la UCR.
La idea es reclamar una discusión política sobre la situación del histórico partido y su relación con Cambiemos.
En esa reunión, de la que participaron Juan Manuel CASELLA, Miguel Bazze, Juan Octavio Gauna, Miguel PONCE, Pedro Calvo, Mabel BIANCO, Alberto Conde, Gustavo Grispun, Pascual Capelleri, Guillermo Moreno Hueyo, Fernando Armagnague, Marcelo Canay, Roberto Conde, Luis Menuci, Jorge Cobos, Juan Portessi, Juan José Cavallari, Eduardo Zimmerman, Víctor DeMartino, Juan Manuel Moure, entre otros, la que sumaron coincidencias varios dirigentes históricos representativos de todo el país, entre los que se encuentran Ricardo ALFONSÍN, Federico Storani, Aldo Neri, Raúl Galván, Roberto Bereciartúa, Pini Elías, etc
Hubo coincidencias en tres puntos que consideraron fundamentales. Inicialmente, reclamar que tanto en la reunión de Villa Giardino, como en la Convención Nacional, que será convocada para constituirse, el temario incluya como primer punto  el debate la situación partidaria y la relación de la UCR con Cambiemos. Los presentes coincidieron de manera unánime en que  resulta esencial que ese debate se produzca, que la reunión de Villa Giardino no se limite a una suerte de acto académico, sino que incorpore la discusión política, y ratificaron que la naturaleza misma de la Convención Nacional obliga a que ese cuerpo con facultades estratégicas, promueva un serio y  buen fundamentado debate acerca de la situación presente y futura de la UCR.
Los asistentes también coincidieron de manera unánime en que la primera tarea que deben afrontar consiste en la defensa de la UCR, la preservación de su identidad histórica, de sus valores y la ratificación de sus políticas permanentes en materia de distribución del ingreso, enseñanza pública, relaciones internacionales, derechos humanos y garantías éticas por parte de los gobernantes, en clara  reafirmación de su condición progresista. Insistieron en que la preservación de la identidad partidaria requiere pronunciamientos claros y permanentes acerca de cada una de las cuestiones que afecten al pueblo, que deben apoyarse en el trabajo sistemático de los recursos técnicos con que cuenta y constituir una manifestación de coherencia ideológica y valorativa.
El tercer punto fue, precisamente, “la situación presente y futura de la UCR”, frase que se escuchó en varias oportunidades. Era evidente que sobrevolaba una preocupación que hasta el momento nadie se  había animado a verbalizar abiertamente, sobre todo teniendo en cuenta los 125 años de historia de un partido que se autodefine más como de servicio que de poder. Por primera vez, el debate incluyó un posible riesgo, el de la extinción de la Unión Cívica Radical. Al respecto, se analizaron tres escenarios: al primero se lo identificó como de “absorción”, que se daría en el caso de convertirse en la práctica en un movimiento interno dentro del PRO, lo que lo llevaría ineludiblemente a su desaparición.
El segundo escenario podría ser interpretado como de “insignificancia”, situación que se da en todo partido que carece de opinión con los temas centrales de la sociedad a la que pertenece y que, por lo tanto, pierde su influencia entre la gente y termine convirtiéndose en una maquinaria inútil. Y el tercer riesgo, la
extinción por “fracaso”, circunstancia que se produciría si el gobierno de Cambiemos termina siendo derrotado electoral o políticamente. En este último punto también se coincidió que vara evitar este riesgo la UCR debe aplicar y difundir su sentido crítico para prevenir y corregir los errores cometidos desde el Gobierno. Respecto de esto último, coincidieron en que esa es la manera más adecuada de contribuir a su éxito.
El riesgo de la extinción como partido fue el más debatido. Uno de los expositores aludió de manera específica lo que denominó “tendencia a la oligarquización que sufre el sistema político argentino”, en la que incluyó a algunos sectores de la dirigencia radical. Ese riesgo tiende a convertir a la dirigencia política en una casta que sólo se ocupa de sus propios intereses, decisión que conduce a la pérdida de prestigio y de capacidad de conducción, deteriorando de manera irreversible la relación de confianza que en todo sistema democrático debe vincular al pueblo con sus dirigentes.
Ya de cierre, al tiempo que se designaba a Juan Manuel Casella, Mabel Bianco y Miguel Ponce para que redactaran y difundieran una comunicación del encuentro, al riesgo de la extinción partidaria se sumó otro, probablemente tema de un próximo encuentro, y es el que el campo progresista quede vacante, lo que significaría una tentación para el kirchnerismo, que siempre atento a los atajos, seguramente va a querer ocuparlo, con las consecuencias que son fáciles de imaginar.

JUAN MANUEL CASELLA
MABEL BIANCO
MIGUEL PONCE
C.A.B.A. Febrero 2017

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