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Sembró dudas si se presentará en las próximas elecciones
En los últimos días siguieron los comentarios sobre la entrevista a Cristina en C5N. Dos de las notas que mejor reflejaron esta situación fueron realizadas por Alejandro Borenzstein y Ricardo Kirschbaum en el diario Clarín del domingo último.
Los periodistas que la entrevistaron, Victor Hugo Morales, Roberto Navarro, Gustavo Sylvestre y Daniela Ballester no le preguntaron nada relevante, todas preguntas amigables y pautadas de antemano. No hizo la menor autocrítica, en todo caso lo que dijo fue que se necesitaba más control estatal para que bajen los precios de los alimentos. No se hizo cargo de nada, y los interlocutores no le preguntaron nada sobre su situación judicial y los tres procesamientos que por ahora tiene.
El pasado 25 de mayo en un horario central de televisión, las 21 horas, el show estaba preparado y tuvo altos niveles de audiencia. Ella se sentía en su casa, en el instituto Patria con militantes en la vereda y fue trasmitida por la señal de cable C5N de su amigo Cristóbal López, quien con la plata de todos los argentinos, ya que no depositó los impuestos a los combustibles, compró éste y otros medios de comunicación.
Propuso reagrupar fuerzas para ponerle un límite al gobierno y se mostró contraria a competir en las Paso con Florencio Randazzo. Los cuatro periodistas que la acompañaron parecían cuatro estudiantes de periodismo y por algunos momentos apuntadores. Nunca la pusieron en aprietos y en algún momento deslizó ante un comentario de uno de ellos que eso no era lo convenido, demostrando ella sola que todo estaba muy arreglado y pautado.
Cristina se explayó en todas las preguntas y criticó al gobierno, puntualmente sostuvo que la situación económica era desastrosa, que debía declararse la emergencia alimentaria, en tarifas y medicamentos. Reclamó “mayor intervención estatal” en la cadena de valor de los alimentos desde el productor a la góndola. Todo se arregla con más estado, según Ella. También criticó el alto endeudamiento en que ha incurrido el gobierno de Macri y advirtió sobre un supuesto plan del Ejecutivo para adueñarse de los fondos de los jubilados , como si ella no los hubiera usado. Propuso que el Congreso investigue el proceso de endeudamiento llevado a cabo por el actual gobierno.
Defendió enfáticamente los 12 años de gobierno kirchnerista, sostuvo que la gente estaba feliz y consumía cada día más. Denunció que Cambiemos ganó las elecciones gracias a una formidable estafa electoral que incluyó varias mentiras. Ella, que nos mintió tantas veces con los indices de inflación y de pobreza, se asustaba de las promesas electorales incumplidas por Cambiemos. En el barrio dirían “el muerto se asusta del degollado”.
Una de las pocas veces que se la vió incómoda fue cuando Roberto Navarro, que ya se habia cruzado con Guillermo Moreno por el tema de la inflacion, la consultó sobre ésta en los últimos años de su gobierno, Ella eludió dar una respuesta concreta y sólo dijo que los problemas surgieron como consecuencia de la falta de dólares generada por el proceso de reindustrialización.
Hubo algunos cambios llamativos en su relato, habló de inflación y de pobreza, temas que casi había evitado durante su gobierno. También tocó el tema de la inseguridad, que durante su gobierno decian que era una sensación. En un dialecto tumbero dijo “yo no quiero pibes que salgan de caño “ porque no tienen trabajo ni oportunidades. Presentó esta situación como algo que ocurrió de repente con la llegada de Macri al poder.
Lo que seguro mostró Cristina es que si algo se mantiene intacto es su arrogancia y soberbia pero también su buena presencia y dominio de la escena.
* Por Eduardo Gallo Llorente
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