Se estima que de las más de las 200.000 especies que existen en el planeta, por lo menos el 5% son autóctonas o se encuentran naturalizadas en Argentina.
Uno de ellas es la Planta de Calafate
Calafate: sus frutos son comestibles y se lo considera un símbolo de la Patagonia argentina, incluso hay una ciudad que lleva su nombre.
Su fruto, llamado también calafate, es una baya de color azul negruzco, que se recolecta en el verano para consumirlo fresco y así elaborar mermeladas, helados y jaleas. Una versión del mito selknam y tehuelche de Calafate cuenta que quien saborea un fruto de esta planta siempre seguro vuelve a la Patagonia.
Posee “berberina”, universalmente presente en los rizomas del género Berberis, con acentuado efecto antibacterial. Se lo usa oralmente para tratar varias infecciones entéricas, especialmente disentería bacteriana. La berberina muestra actividad antitumoral.
Planta de Canelo
Canelo: al igual que la especie anterior, se puede encontrar principalmente en la zona más austral del país. Su corteza es rica en “taninos”, que repelen a los insectos consumidores de madera. Esta es de color rojizo y cuenta con hermosos grabados. Se usa en mueblería e instrumentos musicales. No es durable al exterior porque la lluvia continua la daña.
En el ámbito de la salud, las propiedades más destacadas del canelo se pueden atribuir principalmente al aceite esencial, aunque también el tanino y la Vitamina C tienen efectos cicatrizantes y desinfectantes. Estos efectos hacen del canelo una valiosa ayuda en la curación de todo tipo de heridas.