Los militares, personal de seguridad, camioneros, cocineros, manipuladores de alimentos y oficinistas son los profesionales que más riesgo tienen de engordar, según un informe del Instituto Médico Europeo de la Obesidad
¿Las causas? Espacio de trabajo reducido que limita la movilidad; falta de actividad física regular o su mala planificación; proliferación de hábitos no saludables, como fumar, dormir poco, trabajar bajo presión o estrés; alimentación a base de menús suculentos, comida rápida, bocadillos y fritos; picar entre horas; y, uso más sedentario al tiempo libre y de ocio.
“La obesidad en el ejército se ha planteado como una cuestión de prestigio e imagen, pero en el fondo sigue siendo un problema de salud derivado de un entorno restrictivo hostil y unos hábitos de vida inadecuados”, comentó el portavoz del IMEO, Rubén Bravo.
En concreto, entre los trabajadores de los servicios de seguridad y militares, algunas de las causas que más podrían influir en el sobrepeso y obesidad de sus miembros son la inestabilidad de sus horarios, con turnos de día y noche y jornadas maratonianas; el tiempo reducido para cocinar, la mala planificación de las comidas y la tendencia de picar entre horas; el estrés físico y emocional al que se ven sometidos; y la insuficiente práctica de ejercicio físico.
“Son profesiones sometidas a una continua presión y estado de alerta que puede derivar en mayor ansiedad por la comida, conduciendo a una sobreingesta, tanto en cantidad como en calorías”, sostuvo la nutricionista clínica del IMEO, Carmen Escalada, que aconseja a estos profesionales llevar una dieta variada y equilibrada, comiendo cada 3 horas con el fin de evitar pasar hambre y ansiedad.
Dentro de la restauración colectiva, el personal al que se le asocia más riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad son los cocineros y los manipuladores de alimentos. Y es que, en ambos casos, están durante toda su jornada laboral en contacto directo con los alimentos: manipulan, cocinan, huelen, saborean y prueban el producto o plato final.
Al estar todo el día rodeado de alimentos, este colectivo es más vulnerable a tener ataques repentinos de picoteos entre horas por ansiedad. “En la pauta nutricional tanto de cocineros como de manipuladores de alimentos, recomendaríamos organizar bien los horarios de comidas (lo ideal sería cada 2 o 3 horas) y planificar las comidas y cenas de cada día, según lo que se cocine, ya que en la mayoría de los centros no se deja, por normativa, meter comida de fuera a los empleados”, declaró la nutricionista Estefanía Ramo.
Para la media mañana y la merienda la mejor opción sería un lácteo desnatado, fiambre magro o gelatina sin azúcar añadido, mientras que para la primera parte del día se puede añadir una pieza de fruta. Asimismo, es recomendable, independientemente si se hace turno de mañana, tarde o noche, llegar al puesto de trabajo habiendo realizado la correspondiente comida en casa para se evita en esa ingesta picoteos innecesarios.
El riesgo de tener poco tiempo para comer
Los camioneros tienen características particulares, ya que apenas disponen de tiempo libre para realizar actividad física. Debido a la naturaleza de su labor, pasan mucho tiempo sentados y en reposo y su tasa metabólica tiende a ir disminuyendo con la edad, y sobre todo a medida que incrementan el peso y la masa grasa. “Además, uno de sus principales problemas es que disponen de poco tiempo para comer y de escasas opciones para comer bien”, contó la nutricionista del IMEO Andrea Marqués. “La dieta debe ser variada y equilibrada, pero controlando la ingesta de hidratos de carbono, especialmente los azúcares sencillos y las grasas, ya que el exceso calórico que les aportarán estos alimentos posiblemente su cuerpo no lo consuma a causa de la inactividad”, añadió Marqués.
Hay muchas maneras de ejercitar nuestro cuerpo como, por ejemplo, aprovechar el trayecto a nuestro trabajo caminando o en bicicleta, así como optar por la opción de escaleras en lugar del ascensor,cerró el profesional
“Sería ideal que pudieran escoger un primer plato de verduras y un segundo plato de proteína, o bien un plato combinado con ambas opciones. Pueden consumir legumbre, pasta o arroz de manera ocasional o pautada por un nutricionista y siempre en el horario de comida, nunca por la noche. El postre puede ser algún lácteo o café, tratando de evitar la fruta al final de la comida, aunque puede consumirse si no existe alternativa. También sería recomendable evitar el pan, ya que suelen servírselo y consumirlo supone un aumento de calorías y de hidratos de carbono innecesario para su grado de actividad”, recomendó Marqués.
Por otro lado, los nutricionistas aconsejan llevar ciertos alimentos “a bordo” para cuando comer o cenar en un restaurante resulte imposible como, por ejemplo, fruta, lomo, yogur desnatado o frutos secos.
En relación a los oficinistas y cargos directivos, los expertos del IMEO enfatizan que el problema de este tipo de empleo se encuentra fundamentalmente en los horarios de comidas por la falta de tiempo y el lugar donde se realizan las comidas principalmente. “La mayoría realiza un desayuno mínimo que puede constar de un café simplemente, a media mañana otro café junto con picoteos, seguido de un sándwich o una ensalada ya elaborada para comer y por la tarde al llegar a casa y tener un hambre voraz unido con ansiedad, se devora la nevera entera”, comentó la nutricionista del IMEO Mireia Elías.
Existen ciertos alimentos que, por sus componentes nutricionales, serían idóneos para este grupo debido a que ayudan a mejorar el rendimiento laboral, la memoria y la concentración. Entre ellos serían el tomate, salmón y atún, avena, leche desnatada, café y té con moderación, cacao, nueces y almendras, bananas y arándanos. “El trabajo de oficina no tiene por qué ser incompatible con un estilo de vida saludable”, recalca Braña. “Hay muchas maneras de ejercitar nuestro cuerpo como, por ejemplo, aprovechar el trayecto a nuestro trabajo caminando o en bicicleta, así como optar por la opción de escaleras en lugar del ascensor”,cerró el profesional.
Otro estudio ranqueó las ocho profesiones que más engordan: Lo elaboró la consultora CareerBuilder en 2013, y fue publicada por el diario británico Daily Mail. Se trata de un ranking sobre las profesiones que generan más tensión en Estados Unidos: tiene en cuenta once criterios diferentes, entre los que se incluyen el peligro físico, la tasa de desempleo o la atención al público. Otra de las claves es el poco o escaso acceso a la comida saludable.
Según el reporte de la compañía entre un total de 3.700 trabajadores encuestados, los empleos que generan más sobrepeso son los siguientes:
1 – Administrativo
El estudio indica que más del 69% de aquellos que trabajan como asistentes de administración tienen sobrepeso.
2 – Ingeniero
Van de obra en obra, pero más de la mitad de ellos son obesos (56%).
3 – Maestro
La escuela de hoy no parece ser el lugar ideal para mantener la figura, ya que el 51% tiene sobrepeso.
4 – Enfermera
En este caso, la ansiedad y los nervios que provoca la atención de pacientes hace que la mitad de aquellos que desempeñan esta profesión sufran de obesidad.
5 – Técnico en informática
Al igual que en los empleos anteriores, el 51% de estas personas tienen sobrepeso.
6 – Médico forense
Entre aquellos que desempeñan esta rama de la medicina se reporta el 48% de los casos con sobrepeso.
7 – Operario
Están en el ranking debido a sus malos hábitos de alimentación, con el 45% de las personas con sobrepeso.
8 – Científico
No levantarse de la silla no es bueno, y es posible que éste sea uno de los factores para que entre los que desempeñan esta profesión exista un 39% de probabilidad de padecer obesidad o sobrepeso.
Fuente: ABC, Daily Mail y Europa Press