Por Héctor José Iaconis.
La fotografía que hoy publicamos, gelatina de plata sobre cartón, fue tomada por Rafael Adobato, el 25 de mayo de 1910. Registra el banquete que fue servido en el salón del Bar “San Martín”, ubicado en la esquina de las actuales Libertad y San Martín, donde hoy se encuentra la filial del Banco Credicoop.
DETALLES PARA OBSERVAR
La imagen, desde su valoración iconográfica, nos permite conocer interesantes referencias:
1.- Los comensales: Las personas que participan del banquete son, en su mayoría, vecinos caracterizados de la sociedad nuevejuliense, comerciantes, industriales, algunos empleados de la sucursal bancaria y referentes de instituciones. Entonces, no era frecuente que los ciudadanos humildes fueran invitados a estos eventos; más bien, como parte de los programas de las fiestas cívicas, la Municipalidad les convidaba con una comida popular, tal como el tradicional «asado con cuero».
2.- El lugar de preferencia en el primer plano de la foto: El primer plano de la foto, aquel que está más cerca del observador, es ocupado por quienes, según la lente del fotógrafo, debe estar en el lugar más destacado. Precisamente, son quienes ocupan la cabecera de la mesa, pues la foto está capturada desde el escenario del salón (nótense las candilejas del mismo). De esta manera, logra dar el doble efecto deseado, ofrecer una vista panorámica del espacio ocupado, mostrando al mismo tiempo un orden de precedencia que surge en la cabecera de mesa, donde se encuentran las autoridades municipales, el poder político local. Hacia el plano de fuga de la imagen se desdibujan los rostros de quienes, por no contar con influencias sociales, han sido ubicados lejos de la cabecera. No obstante, al digitalizar la pieza en alta resolución, se pueden reconocer muchos de esos personajes.
En primer plano aparecen, entre otros, el intendente municipal Nicolás H. Robbio acompañado por su padre Nicolás L. Robbio, el doctor Pablo Subirá, Vicente Puyade, el periodista Antonio Millán, el doctor Tomás West, el maestro Manuel María Pérez, el doctor Pedro San Martín, el cura párroco Felix Compairé Jarne, Gregorio Illescas, Ventura Arcchiprete, Andrés Monteverde, Fernando Subieta.
3.- Las mujeres: Como se puede observar, según las prescripciones de código social usual en la época, las mujeres no participan directamente del banquete, que ha sido reservado sólo para hombres. Ellas, las que han escogido participar como pasivas espectadoras, permanecen en uno de los laterales, tomando un refrigerio.
4.- El servicio de mesa: Los mozos, encargados del servicio, aparecen ubicados en los laterales, ocupando un plano secundario en la imagen. Se los identifica, no solamente por su indumentaria, sino por portar algún elemento del servicio.
5.- Las características del salón: El salón es, en realidad, un espacio que se adecuaba también para la proyección cinematográfica. Al frente, en la parte superior, se aprecian las lentes de la cabina de proyección.
EL BAR SAN MARTIN
El jueves 9 de diciembre de 1909, fue inaugurado este salón, el Bar “San Martín”, con cinematógrafo, propiedad de Eugenio Luis Richer y de su hijo Eugenio, emplazado también en Libertad y Buenos Aires. Este hecho constituyó un importante beneficio para la vida de la sociedad local, un espacio para la recreación y el solaz, y un ámbito confortable para la difusión de la cinematografía.
Los días martes y miércoles y fines de semana se daban los matinées mientras que las funciones se efectuaban diariamente.
Pocos antes de inaugurar este Bar-Cinematógrafo, Richer, que era operador de la antigua usina eléctrica había percibido una importante suma al cesar la concesión con Núñez Monasterio. Seguramente, aquel dinero fue invertido en esta empresa o sirvió en parte para concretarla. Más tarde este bar, que rápidamente cobró prestigio, contó con una amplia pista de patinaje y fue el espacio elegido para la realización de importantes recepciones.
Un incendio terminó por destruirlo completamente, algunos años después.
