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Nueve de Julio
jueves, noviembre 21, 2024

9 de Julio en el recuerdo: El caballito de «El Siglo»

«Rubio», un simpático personaje, que casi fue leyenda:
La ciudad de 9 de Julio, alguna vez tuvo la quietud de esos pueblos de campaña en lo que el tiempo parecía transcurrir más lentamente. Es verdad, como tantas veces se ha dicho, que antes la vida era menos veloz, tal vez como los objetos que por entonces existía: formas de movilizarse que demandaban más tiempo y hacían los recorridos más lentos, la bicicleta o el coche tirado por caballos.
En las décadas de 1950, 1960 y 1970, todavía era posible ver por la ciudad un buen número de vehículos tirados por caballos que cumplían una función concreta, sea de los vendedores ambulantes, como se trató en una nota anterior en esta misma sección, o los carros de reparto que todavía utilizaban algunos comercios del lugar, que habían tardado un poco más en reemplazar la tracción a sangre por los furgoncitos que comenzaban a ponerse de moda.
En ese contexto existió un personaje típico en la ciudad: el caballo llamado «Rubio» que durante varios años dio movilidad a la jardinera negra, con capota de lona, del Bazar «El Siglo». Muchas veces se lo vio recorrer las calles, algunas asfaltadas otras de tierra, con su paso lento pero constante. Para algunos era algo así como una conexión con una época que se iba, como si se tratara de un mudo testigo del tiempo o de un ejemplar que iba poniéndose singular según los cambios de la vida moderna.
Algunos aspectos acerca de la historia de este pintoresco personaje, el caballo “Rubio” de “El Siglo”, fueron recogidos en una interesante semblanza –publicada hace varios años atrás- por Henry Aznar. Según narra el historiador nuevejuliense, “Rubio” había nacido “en una chacra de las inmediaciones de nuestra ciudad de 9 de julio”.
Después de haber arrastrado la jardinera de “El Siglo” y luego de que fuera reemplazado por un moderno furgón utilitario “Ika”, el caballo “Rubio” fue retirado de la acción y llevado a la chacra de la familia Gasparini.
“Jubilado –narra Aznar, refiriéndose al caballo “Rubio” de “El Siglo”- , descansando, con su larga cola y también su prominente crin, sus orejas siempre atentas, aún fuera de servicio, los componentes de dicha casa de comercio quisieron darle unas merecida ‘vacaciones’ permanentes con goce de sueldo, allá por septiembre de 1961. Esto motivó una nota certificada del 24 de noviembre del mismo año, de la Sociedad protectora de Animales ‘Sarmiento’ de la Capital Federal, firmado por el Ing. Belisario Álvarez de Toledo y Clara Leloir de Menditeguy, para la entrega de una medalla y diploma de honor a Bazar ‘El Siglo’, según acta 701 del 10 de octubre de 1961”.
La historia de “Rubio”, quizá pudo asemejarse, en grandes aspectos, a la de muchos otros caballos que prestaron un encomiable servicio a la sociedad, en diferentes etapas de la historia. Ellos fueron, tal como lo describe Belisario Roldán, testigos de muchos aspectos del pasado:

-¡Caballito criollo del galope corto,
del aliento largo y el instinto fiel,
caballito criollo que fue como un asta
para la bandera que anduvo sobre él!

¡Caballito criollo que de puro heroico
se alejó una tarde de bajo su ombú,
y en alas de extraños afanes de gloria
se trepó a los Andes y se fue al Perú!

¡Se alzará algún día, caballito criollo,
sobre una eminencia un overo en pie;
y estará tallada su figura en bronce,
caballito criollo que pasó y se fue!

Henry Aznar, en su aludido relato, refiere que “pasó el tiempo, muchos años mucho cumpleaños para ‘Rubio’, muchas visitas, hasta que un día le llamaron al veterinario, pues había flaqueado enormemente sus fuerzas, pero la ciencia nada podría en está oportunidad y el viejo alazán, que tanta veces había trotados calle, miró a todos lo que lo rodeaban agradeciendo el gesto y cerró sus ojos para siempre, pero para salir entonces trotando y galopando más tarde para llegar pronto al cielo prometido, pues seguramente los animales y en este caso ‘Rubio’, también tienen el cielo como nosotros los mortales ciclo al que todo deseamos llegar, sino ahora, cuando el destino así nos los indique”
El caballo “Rubio” de “El Siglo” dejó de exiistir el 28 de diciembre de 1970 a los 32 años. Su recuerdo, sin dudas, aún habita en muchos niños de aquellos años, que hoy son adultos, y quienes lo vieron trotar por las calles de la ciudad.

elsiglo (1)

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