LAS CASAS DE AYER
Estamos en el zaguán de aquella casa de nuestra infancia, formada con hilera de grandes habitaciones que, protegida por una galería, bordeaba el amplio patio. En la puerta ha un clásico llamador de manita, de brillante bronce y el legendario hueco con un expectante aviso: “Buzón”.
Algunas de esas casas, de las cuales aún sobreviven varias en la ciudad de 9 de Julio, podía tener también en el zaguán los inolvidables mosaicos italianos que parecían regalar flores en relieve, y la puerta cancel de hierro, con una cortina de macramé.
Enseguida estaba el patio con los verdes de las plantas que las madres de antaño cuidaban y dejaban crecer libremente en macetas de varios orígenes: unas muy grandes, de tres patas, con arabesco de cemento; otras comunes de cerámico rojiza, y varias de lata que pregonaban su historia: aceite “Raggio”, “Bau” o “Cubillas”. En esos patios también solía notarse la presencia de las improvisadas masetas descascaradas con patas de hierro que concluían en latita de conserva llena de agua, para impedir el paso de las enemigas: las hormigas.
El sol parecía filtrarse por entre las hojas de una parra de uva chinche. Por una pared, trepaba una enredadera de la que colgaban hilos vegetales lilas y tornasolados. Las altas puertas de los cuartos de cuatro por cuatro, piso de pinotea y persianas de madera, parecían protegidas por cortinas de junco isleño, que se enrollaban en lo alto. Era este patio el recinto obligado de los juegos de los niños que vivían en la casa. Allí transcurrían la rayuela y el picado de pelota.
Sobre los gastados mosaicos ya incoloros, un niño hacía deslizar un andador de mimbre, recién comprado a algún vendedor ambulante que también llevaba silla de enea y canastas para ir de compras. En ese patio los niños jugaban armando un molino en el Meccano o tirando las bolitas, de vidrios, de loza o de acero.
LA «CASA CHORIZO»
Entre 1880 y 1930 la mayoría de estas casas construidas en la ciudad de 9 de Julio, sobre todo en el sector urbano, que eran especialmente unifamiliar, tuvieron una peculiar característica y de ahí su denominación: “Casas chorizo”, cuyos ambientes estaban dispuestos uno a continuación del otro, y cuyas puertas daban a un corredor galería, generalmente abierta.
En otras palabras, los ambientes estaban construidos en hilera siempre recostada sobre la medianera, comunicado entre sí, y con salida a un corredor o galería y a un gran patio.
La casa chorizo fue una propuesta tipológica que respondía a la necesidades de la vivienda popular de una época de grandes cambios en la familia. La casa chorizo permitió a los inmigrantes una capitalización paulatina, que tuvo dos aspectos: el aumento del valor de los lotes por la creciente urbanización y mejoras de la infraestructura urbana y el de los ahorros en una construcción por etapas que muchas veces hacía la familia con ayuda de los parientes y amigos. Como idea de diseño la organización espacial estuvo definida por un volumen techado continuo, comunicado con el espacio abierto y que definía los ámbitos articulados entre sí: principal y de servicio. El espacio techado, que predominaba sobre el abierto estaba compuesto por la sucesión de habitaciones recostadas sobre una medianera a lo largo del eje longitudinal del terreno, cuyas funciones se especificaban por la relación con los espacios abiertos interiores-patios y el espacio exterior- calle.
Su flexibilidad y modulación permitía que se construya a medida que se tenian recursos, sin comprometer la construcción previa. Es tecnología simple con estructura de bovedilla o entrepiso de vigas de madera, alfajías y tejuelas en las más antiguas y después con perfil de hierro. Como terminación una cubierta de chapas onduladas. Se construyeron con variables según la época y la ubicación urbana o suburbana. Las habitaciones sobre la calle eran exclusivamente de recepción y tenían balcones sobre el frente; las que daban al primer patio constituían los dormitorios y locales de servicio seguida luego por el comedor que era otra habitación que actuaba de separador con el patio de servicio, sin cerrarlo totalmente, dejando un pasillo que permitía la circulación exterior por la casa hasta el fondo.
La casa chorizo fue la organización por agregación de una imagen incompleta tanto en planta como en elevación que permitió una amplia gama de posibilidades de respuesta a partir del mismo esquema, adaptándose a los diferentes medios físicos y urbanos y tomando en consideración el terreno, la trama urbana, el uso, el crecimiento y el acondicionamiento.
EL ESQUEMA DE LA VIVIENDA
* La Construcción: se edificaba por etapas, a medida que se contaba con recursos económicos, en ocasiones con la ayuda de amigos y parientes. Permitió a los inmigrantes una capitalización progresiva.
* El Zaguán: generalmente era la única entrada al edificio, por lo común de doble puerta. La principal, a la calle segura y fuerte; la otra comunicaba con el patio principal. Inevitable de los primeros paso de los noviazgos.
* Habitaciones sobre la calle: podía ser una o dos, construidas al lado del zaguán. Por lo general era un ambiente que estaba destinado a recibir las visitas, un sitio preferencial. Algunos contaban con balcón a la calle.
* Habitaciones con salidas al patio: la sala principal, los dormitorios, el comedor y la cocina, es decir la totalidad de los ambientes, tenía salida al patio. Y todas, casi siempre estaban techadas con chapas.
* El patio: aunque en la casa chorizo el sector techado predomina sobre el abierto, el patio tenía una gran importancia y por lo tanto siempre se le destinaba un generoso espacio.
* El fondo: en ese sitio se lavaba y se tendía la ropa. Allí estaba el WC, baño a la turca. Si el poder adquisitivo lo permitía el baño estaba formado por un inodoro y lluvia, revestido de azulejos.
Afortunadamente, en nuestra ciudad aún sobreviven varias casas chorizo. Ellas son testimonio de un estilo en la construcción que, en su momento, se entendió provechoso.